La City londinense reaccionó ayer con sorpresa y malestar ante las inesperadas críticas de Adair Turner, presidente del regulador financiero británico (FSA) --equivalente a la CNMV española--, que llegó a calificar algunas de las actividades del sector bancario de "socialmente inútiles". Se mostró además favorable a crear un nuevo impuesto global sobre las entidades que limitaría sus ganancias y, consecuentemente, las excesivas primas a sus ejecutivos.

En una entrevista concedida a la revista económica Prospect , lord Turner considera asimismo que una "envanecida" City que ha pagado salarios excesivos "ha crecido más allá de lo socialmente razonable", de modo que se ha convertido también en un factor desestabilizador para el resto de la economía.

El endurecimiento de su posición con respecto a las bonificaciones excesivas coincide con la posición franco-alemana. El pasado martes, el presidente francés Nicolas Sarkozy consiguió el compromiso de la banca para aplicar un sistema por el que las pérdidas, y no solo las ganancias, se tendrán en cuenta al pagar primas.

El secretario español de Economía, José Manuel Campa, dijo ayer que en España "no se está evaluando" una medida de este tipo, pero recordó que las propuestas francesas se enmarcan en el G-20, del que España forma parte. El ministro británico Alistair Darling es reacio a imponer un nuevo impuesto a un sector que está en recuperación.