La posibilidad de modificar el recorrido de la antorcha olímpica estuvo ayer en boca de muchos, después de que las protestas de París certificaran que su periplo internacional no va a ser el "viaje armonioso" previsto por Pekín, sino una diaria crónica de sucesos. El fragor continuo perturba tanto a China como al Comité Olímpico Internacional (COI), propietario de la antorcha y de la decisión última, pero prevalecerá la férrea intención de Pekín de continuar. El COI se planteará anular el recorrido en próximas ediciones, no en esta.

"Nada ni nadie detendrá la antorcha", dijo Sun Weide, portavoz del comité organizador de los Juegos (BOCOG). La reacción china cortó de raíz las especulaciones, después de que a primera hora hubiera trascendido que el COI estudiaría el tema el viernes. Algunos de sus representantes, reunidos en Pekín, se plantearon ayer la idoneidad del recorrido internacional, tradición que empezó en Sydney 2000. "La antorcha debería viajar directamente desde Grecia al país anfitrión", afirmó Kevan Gosper, representante australiano.

DEBATE APLAZADO "Las protestas están dañando el movimiento olímpico. Atentar contra la antorcha es casi un crimen. Es propiedad del COI, no de China", dijo Gunilla Lindberg, del comité sueco. Las discusiones para anular el recorrido internacional de la antorcha ya se produjeron en el pasado y se retomarán pronto, pero "no ahora, sino después de Pekín", aclaró Alex Gilady, representante israelí. Londres 2012 ya ha renunciado a él. Mientras, Pekín repitió su mensaje. Si las protestas de Londres fueron "viles", las de París fueron "despreciables" y "blasfemas". Los medios calificaron a la policía francesa de "incompetente" y enfatizaron que la antorcha no había sido apagada forzosamente sino "modificada temporalmente" por su seguridad.

China está ante una alternativa traumática. Cancelar el recorrido daría el triunfo a los protibetanos, tozudamente despreciados, definidos como enemigos y condenados a la derrota. Claudicar ante el dalái lama no ayudaría a la imagen de pujante potencia. Además, sería complicado explicárselo a la población, convencida de que las protestas son esporádicos alborotos en un clima de enorme aceptación de la antorcha y de China, como repiten los medios nacionales.

Continuar el recorrido supone salvar la cara a cambio de un desgaste diario. A las protestas de Londres y París se sumarán las de San Francisco, donde antes de que llegara ayer la llama ya se habían colgado dos pancartas críticas del Golden Gate, practicado siete detenciones y anunciado la presencia de Richard Gere, el protibetano más mediático. Además de los defensores del dalái lama desperdigados por el mundo, miembros de la secta Falun Gong, prohibida y en China, esperan en Argentina y Hong Kong. Las ciudades que visitará la antorcha reforzarán la seguridad, y Australia se ha planteado acortar el recorrido.

"GRITO DE AUXILIO" El otro frente abierto es el del posible boicot de personalidades a la ceremonia de apertura. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, supeditó su presencia a "la reanudación del diálogo" sobre el Tíbet.

China contratará en breve una agencia internacional de relaciones públicas. Su misión será diseñar la estrategia, entrenar a la esclerotizada prensa nacional e investigar la percepción mundial sobre China. "Es un grito de auxilio. China necesita entender lo que se piensa de ella y saber introducir eficazmente su mensaje en los medios globales", reveló un ejecutivo no identificado al International Herald Tribune .