"Celebramos, de veras, este paso fundamental hacia un pleno acuerdo para poner fin a medio siglo de conflicto". El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, tiene, desde este domingo, el que puede ser el mejor resultado de su Gobierno: un acuerdo concreto con las FARC en la mesa de negociaciones en La Habana, después de seis meses de idas y venidas. El entendimiento entre el Estado y la guerrilla tiene que ver con una de las matrices del drama político de ese país: la cuestión agraria.

"Continuaremos con el proceso con prudencia y responsabilidad", ha añadido Santos, en su cuenta de Twitter. Más allá de la mesura del mensaje enviado a la red social, el anuncio de La Habana invita a los colombianos al optimismo. "El proceso de paz no tiene marcha atrás", ha opinado la exsenadora Piedad Córdoba. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha calificado de histórico el documento y el jefe del Partido Liberal colombiano, Simón Gaviria Muñoz, ha señalado que "es el primer resultado de un proceso que ha sido llevado por parte del Gobierno y los negociadores con la prudencia y la firmeza que se requiere para conseguir la paz que tanto deseamos y necesitamos los colombianos".

Otras voces han coincidido en que desde 1985 no se había llegado tan lejos en los intentos por alcanzar la paz. Así también lo han dado a entender Pablo Catatumbo e Iván Márquez, dos de los integrantes del equipo negociador de las FARC. "Hemos llegado a una serie de muy importantes acuerdos, demasiado importantes", ha valorado otro de los insurgentes, Rodrigo Granda.

"El convenio será inicio de una transformación radical del campo". Esta ha sido la principal consigna del mensaje conjunto, leído por el diplomático cubano Carlos Fernández de Cosio en el Palacio de las Convenciones. A su lado estaban el representante del presidente Santos, Humberto de la Calle, y del jefe guerrillero conocido como Iván Márquez. También estuvieron presentes representantes de los países garantes del proceso (Cuba y Noruega), y los acompañantes (Venezuela y Chile).

Acceso a la tierra y a la vivienda

"Será el inicio de transformaciones radicales de la realidad rural y agraria de Colombia con equidad y democracia. Está centrado en la gente, en el pequeño productor", destaca el documento. El acuerdo aspira a que el mayor número de habitantes del campo sin tierra o con tierra insuficiente puedan acceder a ella mediante la creación de un fondo de tierras. Se promoverán planes de vivienda, agua potable, asistencia técnica, capacitación, adecuación de tierras, infraestructura y recuperación de suelos. Asimismo, el documento delimita la frontera agrícola protegiendo las áreas de especial interés ambiental. "El Gobierno formalizará progresivamente, sujeto al ordenamiento constitucional, todos los predios que posean los campesinos en Colombia", añade el texto.

Según De la Calle, en virtud del acuerdo, se crea "una jurisdicción agraria para la protección de los derechos de propiedad y pretende actuar de manera efectiva y real sobre los efectos que el conflicto ha tenido en las comunidades y en los territorios rurales". Ha calificado de "ambicioso" el plan de adjudicación de tierras a campesinos.

Desde Bogotá, el saliente ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, ha definido el acuerdo como "la bitácora de trabajo que requerirá el país en el llamado posconflicto agrario".

El Gobierno y las FARC han acordado definir una fórmula para revertir los daños cometidos contra los campesinos víctimas del conflicto armado y para que "se restituyan las víctimas del despojo y desplazamiento forzado".

Próximas negociaciones

Las partes han aclarado que los avances materializados en el documento están sujetos al acuerdo final que incluye otros asuntos medulares. "Lo convenido hasta ahora forma parte de un acuerdo más amplio que esperamos lograr en los próximos meses, el cual contiene seis puntos", han explicado.

A partir del próximo 11 de junio comenzará la discusión sobre participación política de la guerrilla. Al respecto, ya hay 400 propuestas formuladas por la sociedad civil a través del Foro realizado por las Naciones Unidas y la Universidad Nacional.

Lo cierto es que la paz se encuentra más cerca del horizonte que hace un año. "Apoyar este proceso es creer en Colombia, es darle espacio a una salida civilizada a un conflicto que va para 50 años de duración", ha recordado De la Calle. Santos puede mostrar en ese sentido su mejor logro mientras empieza a pensar en su reelección.