Como una historia que se desenvuelve por capítulos plagados de misterio e intriga política, la operación Emmanuel inició ayer su "segunda fase" en medio de una movilización internacional sin precedentes y acentuando su carácter de espectáculo con la anunciada presencia del director de cine norteamericano Oliver Stone en uno de los helicópteros de la comitiva. A primeras horas de hoy, la delegación debe partir a buscar a los tres rehenes que las FARC se comprometieron a liberar en un lugar desconocido de la selva colombiana.

La comitiva internacional, que espera que la guerrilla señale las coordenadas del punto donde se efectuará la entrega, viajó ayer de Caracas a Villavicencio, la ciudad colombiana donde tenían previsto pasar la noche.

El final feliz de esta "caravana aérea humanitaria" será una certeza cuando el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) tenga en sus manos el "punto X", como se han llamado a las coordenadas que deben dar las FARC para que sea ubicado el grupo guerrillero encargado de entregar a Clara Rojas, a Emmanuel, su hijo nacido en cautiverio, y a la excongresista Consuelo González de Perdomo.

Yves Heller, portavoz de la Cruz Roja en Colombia, reconoció que las FARC exigen que el Gobierno de Alvaro Uribe suspenda las maniobras contra insurgentes en el sur de ese país antes de emitir las señales que permitan a la comitiva internacional ir a por los cautivos.

Las autoridades colombianas insistían, no obstante, en que necesitan conocer con precisión la zona selvática por la que transitarán para detener, solo allí, las incursiones del Ejército, en las que participan miles de soldados. "Espero saber pronto esas coordenadas", dijo el exministro venezolano Ramón Rodríguez Chasin, mano derecha de Hugo Chávez en la operación Emmanuel. Chasin aseguró que, una vez recibidas, "solo las compartiré con la Cruz Roja y los pilotos una vez que estén volando".

FACTOR CLIMATICO El exministro agregó otra cuota de incertidumbre al advertir de que los "factores climáticos" podrían "retrasar" los planes de la comitiva. Mientras tanto, en esa ciudad, a unos 100 kilómetros de Bogotá, el vicecanciller venezolano, Rodolfo Sanz, y el alto comisionado para la paz del Gobierno colombiano, Luis Carlos Restrepo, terminaban de definir "las coordinaciones logísticas e institucionales" del operativo.

"Mucha paciencia y poca ansiedad", recomendaba ayer el expresidente argentino Néstor Kirchner, cuando los malos presagios sobrevolaban Caracas. El exmandatario confesaba estar "racionalmente preocupado" por el curso de los acontecimientos. "Espero que esto salga", rogó. Antes, había conversado telefónicamente con Uribe. Aunque no hizo ninguna referencia al contenido de esa llamada, se supo que el viernes, su esposa, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, también había hablado con su colega colombiano. Y en esa conversación, Uribe le transmitió su pesimismo sobre cómo iban las cosas.