El juicio a tres miembros de "Nuevos Ciudadanos" ("Gongmen"), movimiento que pide al Gobierno chino que publique sus bienes para ser más transparente con la población, comenzó hoy, bajo la acusación de "reunión ilegal".

Se trata de la primera vez que se juzga a integrantes del grupo, aunque más de una decena de miembros han sido detenidos en los últimos meses, lo que organizaciones de derechos humanos consideran un ejemplo de la poca tolerancia del Gobierno frente a las críticas.

El proceso a Liu Ping, Li Sihua y Wei Zhongping comenzó a primera hora de hoy en Xiyu, en la provincia de Jiangxi (este), confirmó a Efe el abogado Zhang Jianwei, quien denunció que hubo numerosas irregularidades durante la vista.

"No pudimos defenderles, nada fue de acuerdo a la Ley, así que nuestro trabajo de hoy no tuvo ninguna validez. El tribunal no prestó atención a nuestras pruebas y el juez es el mismo que detuvo más del tiempo permitido por ley a los acusados", dijo.

Zhang explicó que los acusados, que se enfrentan a una pena de entre tres y cinco años de cárcel, ha decidido despedir al equipo defensor, compuesto por seis letrados, en vista de como se ha desarrollado el primer día de juicio.

"Tratarán de contratar a otros, y ver si pueden hacer algo", señaló Zhang, que destacó el enorme dispositivo policial que flanqueaba hoy el tribunal y señaló que se le prohibió la entrada al mismo a diversas personas.

Los tres activistas fueron detenidos por las autoridades a finales de abril en Xinyu acusados de "asamblea ilegal".

El caso de Liu es uno de los más llamativos, al ser una política china no adscrita al Partido Comunista que presentó su candidatura independiente en unas elecciones locales en 2011, en una lista en la que también se encontraba Wei Zhongping, detenido junto a ella.

Liu y Wei aspiraban a ser miembros de la Asamblea Popular de Xinyu, el legislativo local, a través de los comicios locales que se celebran en algunos pueblos y ciudades en el país, un "experimento" que desde hace años lleva a cabo el Gobierno sin muchos avances.

Su caso ha provocado el rechazo de diferentes organizaciones de derechos humanos, que critican al presidente chino, Xi Jinping, por las promesas con las que tomó el poder en marzo, algunas de ellas en materia de derechos humanos.

"De momento no se han materializado, y el aumento de la represión en los últimos meses en internet, sobre los activistas y la prensa, junto a una nueva línea retórica más dura, provoca serias dudas sobre si finalmente esas iniciativas se llevarán a cabo", advirtió a Efe Maya Wang, de Human Rights Watch in China.