La Unión Europea (UE) podría prohibir la entrada en su mercado de los productos fabricados en China si continúan violando los estándares de seguridad europeos, como ocurre en la actualidad con muchos de los juguetes procedentes de ese país, anunció hoy la comisaria europea de Consumo, Meglena Kuneva.

La medida sólo se aplicaría como "último recurso", si fallaran todas las medidas previstas, matizó la comisaria.

Kuneva habló ante la comisión de Mercado Interior y Derechos de los Consumidores del Parlamento Europeo (PE) de las medidas que Bruselas va a adoptar tras la retirada el pasado agosto por la empresa juguetera Mattel de millones de juguetes fabricados en China que contenían un exceso de plomo en la pintura.

La primera de ellas, anuncia la pasada semana, será la revisión de los controles de seguridad de los productos que se aplican en la actualidad, ejercicio que durará dos meses y que permitirá "comprobar el funcionamiento de todos los eslabones de la cadena".

Aparte de ello, Bruselas abogará por el íntegro cumplimiento de la actual normativa sobre consumo, al opinar que es una base "sólida" y suficiente. En cuanto a la prohibición de entrada de ciertos productos, la comisaria indicó que no durará en pedirla si se demuestra su peligrosidad y cuando se hayan agotado todas las medidas previstas.

La mitad de los productos peligrosos son fabricados en China

Cerca de la mitad de los productos peligrosos que se detectan cada año en la UE han sido fabricados en China, cuyo gobierno firmó en enero de 2006 con la Unión un memorando que compromete al país a asegurar que sus fabricantes respetan los criterios de calidad y seguridad europeos.

China ha presentado desde la firma del acuerdo dos informes "lamentablemente nada satisfactorios" según la comisaria sobre las medidas adoptadas por sus autoridades para garantizar el cumplimiento de los estándares de la UE y tiene previsto entregar un tercer informe el próximo octubre.

La comisaria adelantó que, de no constatar cambios en ese documento, Bruselas no dudará en "adoptar medidas, incluida la prohibición de importar productos de China", aunque habría que ver "cómo imponer" ese veto.

Por otra parte, la comisaria consideró positivas las retiradas de juguetes anunciadas por Mattel, al opinar que demuestran el buen funcionamiento de los sistemas de control de seguridad aunque admitió que plantean algunas cuestiones, como por ejemplo si los operadores avisan con suficiente rapidez de los problemas.

Durante su intervención, la comisaria rechazó la necesidad de desarrollar nuevas normas para proteger al consumidor al considerar que la legislación comunitaria actual en ese área es "una buena base", aunque abogó por su íntegra aplicación por parte de las autoridades nacionales y locales.

"Los países deben asumir sus responsabilidades"

Según la comisaria, "el objetivo ahora es reforzar cada eslabón de la cadena donde la aplicación todavía no es óptima. Los países y las empresas deben asumir todas sus responsabilidades".

En ese contexto se refirió a las diferencias entre los Estados miembros a la hora de comunicar a Bruselas la detección de productos que entrañen riesgos para los consumidores, aunque no quiso mencionar ningún Estado en particular.

Mientras algunos han reforzado los controles en sus países y trasladan a tiempo a Bruselas las alertas, otros son menos eficientes y tardan mucho más en comunicar esos avisos. Según datos del llamado Sistema de Alerta Rápido Europeo Para Productos No Alimentarios (RAPEX), España fue en el primer semestre de este año el tercer país de la UE, después de Alemania y Grecia, que más alertas sobre productos peligrosos comunicó a la Comisión.