El ministerio francés de Defensa investiga cómo es posible que el portaaviones 'Charles de Gaulle', buque insignia de la Armada francesa, se haya convertido en un foco de la epidemia de coronavirus que ha infectado a casi 700 de los 1.700 tripulantes que estaban a bordo antes de acortar 10 días su misión y regresar al puerto de Toulon el pasado 12 de abril.

Veinte marinos han sido hospitalizados, uno de ellos en la uci, y el balance de afectados podría aumentar porque todavía se desconoce el resultado del 30% de las pruebas realizadas a los militares del barco desde cuya cubierta despegan los Rafale que participan en la coalición internacional de lucha contra el autoproclamado Estado Islámico.

El 'Charles de Gaulle' partió a finales de enero de Toulon (Costa Azul francesa) hacia el Mediterráneo para realizar una misión en Oriente Medio. A finales de febrero hizo escala en Chipre, país que días después anunciaba los primeros casos de covid-19, pero la escala que más dudas arroja es otra: la que hizo entre el 13 y el 16 de marzo en Brest, en la Bretaña francesa.

Comida familiar

Debido a la situación sanitaria en Francia, los oficiales prohibieron a las familias de la tripulación subir a bordo, pero un grupo de marinos pisaron tierra en Brest un día antes de que empezara el confinamiento y una de las hipótesis es que se infectaran en ese momento. Algunos testimonios recogidos por Europe 1 cuentan que los militares compartieron una comida familiar en un restaurante con otros marinos extranjeros.

El 16 de marzo el 'Charles de Gaulle' prosigue su periplo rumbo al mar Báltico, antes de hacer una escala en Dinamarca a finales de marzo, y el 10 de abril es cuando 50 marineros dan positivo en covid-19. Dos días mas tarde, la ministra de Defensa, Florence Parly, decide poner fin a su misión, ordenar su regreso a Toulon y colocar en cuarentena a los militares desembarcados.

Muchos se preguntaron entonces si los mandos subestimaron la amenaza de contagio en la escala de Brest al dejar bajar a parte de la tripulación y durante la operación de avituallamiento. En un lugar cerrado y con una alta densidad de población, el virus se extendió como la pólvora duplicando los casos a diario por lo que parte del buque se destinó a confinar a unos 80 marinos. Pero era ya demasiado tarde.

Dos investigaciones

"El Ejército ha jugado con nuestra salud y con nuestra vida", ha denunciado un marino en France Bleu Province. Ahora la prioridad de las autoridades francesas es arrojar luz sobre lo ocurrido y para ello se han abierto dos investigaciones, una epidemiológica, que realizarán los servicios sanitarios de la Marina para determinar el origen de la infección, y otra ordenada por el Jefe del Estado Mayor de la Marina sobre el funcionamiento de la cadena de mando.