La comunidad internacional escuchó ayer la voz de Palestina y apostó por la resolución del conflicto con Israel. La conferencia de donantes, reunida en París, superó las demandas de la propia Autoridad Nacional Palestina (ANP) y logró más de 5.000 millones de euros en ayuda para los próximos tres años. La aplicación de la ayuda depende, sin embargo, del levantamiento por parte de Israel de los 561 controles de seguridad que estrangulan la economía palestina.

Al término de la conferencia, que reunió a delegaciones de 70 países y a una decena de organismos internacionales y que fue inaugurada por Nicolas Sarkozy, el ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, anunció la cifra global de 7.400 millones de dólares (5.100 millones de euros), un éxito si se tiene en cuenta que el presidente palestino, Mahmud Abbás, había presentado un plan trienal por 5.600 millones de dólares (3.800 millones de euros).

Kouchner señaló que el "vencedor de la conferencia es el Estado palestino", a cuya creación la reunión de París ha querido dar un impulso no solo económico, sino político, como continuación del compromiso de la cumbre de Annápolis de llegar a un acuerdo en un año.

CON CONDICIONES El mayor contribuyente es la UE, con 450 millones de euros solo para el 2008. EEUU, con 385 millones anunciados por la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, dobla la ayuda que dedicaba a los palestinos antes del triunfo de Hamás en las elecciones del 2006. Otros contribuyentes destacados son Arabia Saudí, con 350 millones, y Francia, con 200.

Pero algunos países, como el Reino Unido, condicionaban la ayuda al levantamiento por parte de Israel de las barreras de control que bloquean el desarrollo de la economía palestina. Un informe del Banco Mundial afirma que el levantamiento de los controles condiciona el desarrollo palestino. "Incluso si la financiación reclamada es plenamente obtenida, sin aligerar el bloqueo el crecimiento será ligeramente negativo, en torno al -2% anual", advirtió el banco. En una situación de libre circulación, el crecimiento podría alcanzar el 5% anual, según el informe. La economía palestina está en recesión, con un paro del 19% en Cisjordania y del 33% en Gaza.

Por eso, los palestinos exigen el levantamiento de "las barreras militares". Abbás reclamó también la paralización de "todas las actividades de colonización", el "desmantelamiento de las 127 colonias salvajes", la "reapertura de las instituciones palestinas cerradas en Jerusalén" y el fin de la construcción del muro. La ministra de Exteriores israelí, Tzipi Livni, elogió el plan económico palestino, pero ligó el desarrollo a la seguridad de Israel.

El plan palestino prevé dedicar el 70% de la ayuda al presupuesto y el 30% restante a los 150 proyectos. La mayoría se refieren a educación, sanidad, reforma de las fuerzas de seguridad y de los servicios jurídicos, ayudas a la exportación e infraestructuras. Hamás descalificó la conferencia de París, a la que tildó de "conspiración".