El seísmo de Chile fue menos dañino que el que asoló Haití en enero, pero la comunidad internacional respondió ayer con la misma premura. El presidente de la Asamblea General de la ONU, el libio Alí Treki, hizo un llamamiento para que se despleguen "todos los esfuerzos posibles para asistir con urgencia a Chile".

La Comisión Europea anunció que está en disposición de destinar tres millones de euros. Y el presidente de EEUU, Barack Obama, afirmó que tiene "recursos listos para ser enviados". El ministro de Exteriores chileno, Mariano Fernández, rechazó cualquier ayuda hasta que se evalúen los daños.