Las fuerzas de seguridad afganas han puesto fin esta madrugada a los ataques de un comando talibán en el barrio diplomático de Kabul (Afganistán) que han causado al menos 20 muertos, 11 de ellos civiles.

Los seis integrantes del comando, que habían conseguido atrincherarse en un edificio en construcción de la capital desde donde dispararon cohetes al cuartel general de la OTAN y a la embajada de EEUU, fueron abatidos en la acción. Otros tres talibanes se inmolaron en ataques suicidas contra edificios policiales en otras partes de la ciudad.

La acción del comando, que duró unas 20 horas, ha sido la más larga y arriesgada de un comando talibán desde hace más de una década. Los talibanes han recrudecido su ofensiva para intentar que salgan las tropas extranjeras de Afganistán.

El Ministerio del Interior afgano solo reconoce cuatro víctimas y dos docenas de heridos graves, aunque otras fuentes oficiales elevan la cifra.

Las fuerzas de seguridad afganas, respaldadas por la OTAN y con helicópteros de ataque afganos, lucharon piso a piso en unos grandes almacenes en construcción, en que uno o dos insurgentes pudieron resistir toda una noche, armados con lanzagranadas, rifles de asalto y chalecos para bombas suicidas.

"Ha habido al menos un fallo en la seguridad entre los afganos con responsabilidad de Kabul o los servicios de inteligencia", asegura el investigador Andrew Exum, del Center for a New American Security.