El Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) condenó hoy al general serbobosnio Dragomir Milosevic a 33 años de cárcel por, entre otros crímenes, el asedio a la ciudad de Sarajevo durante la guerra de Bosnia (1992-1995). El juez Patrick Robinson, que hoy leyó la sentencia, dijo que "las pruebas muestran que durante un periodo de 15 meses el cuerpo de Romanija del Ejército serbobosnio llevó a cabo una campaña de asedio desde las colinas de Sarajevo que tuvo como consecuencia muertos y heridos entre gran número de la población civil de Sarajevo".

Los crímenes de los que la Fiscalía acusó en 1998 a Milosevic -antiguo comandante del Cuerpo de Romanija del Ejército serbobosnio- incluyen el ataque a un mercado de Sarajevo en agosto de 1995 en el que perecieron 34 civiles y otros 78 resultaron heridos, y que hoy los jueces calificaron como "el más horrendo". En el juicio, la defensa de Milosevic argumentó que durante el conflicto bélico en Sarajevo, esta ciudad no podía ser considerada como un área civil y que las acciones del ejército serbobosnio estaban legitimadas, lo que fue rechazado por los jueces.

Según la sentencia, las fuerzas serbobosnias "emplearon francotiradores bien entrenados que usaban rifles con telescopios, así como morteros, para asediar la ciudad". La sentencia estableció que Milosevic "decidía en cuestiones como el abastecimiento de munición, la colocación de morteros y la ubicación de los francotiradores". Asimismo, consideró que el general serbobosnio, "en su cargo de comandante, estaba obligado a prevenir la comisión de crímenes".

Añadió que "las pruebas presentadas a la Cámara del Tribunal demuestran que el acusado abusó de su posición (...) y ordenó y planeó graves violaciones sistemáticas de las leyes humanitarias internacionales". "Cada vez que se lanzaba una bomba, el acusado estaba jugando con la vida de los civiles de Sarajevo", sentenció el juez Robinson.

Milosevic, que se entregó voluntariamente el 3 de diciembre de 2004 al TPIY, se declaró durante su primera comparecencia "no culpable" de los crímenes que se le atribuyen. Su antecesor en el cargo, el general Stanislav Galic, fue sentenciado el año pasado en apelación a cadena perpetua por los mismos crímenes, decisión que sustituyó la pena a veinte años de cárcel a la que fue condenado en diciembre de 2003 en primera instancia.