Rajib Karim, un experto informático de British Airways, ha sido condenado en el Reino Unido a 30 años de cárcel por planear atentados contra aviones comerciales.

El tribunal ha considerado probado que Karim, de 31 años, utilizó su empleo en la aerolínea británica para intentar derribar en pleno vuelo aviones con destino a Estados Unidos.

El plan, según el fallo de la sentencia, formaba parte de una "conspiración espeluznante" organizada junto a Anwar Al-Awlaki, un conocido líder religioso relacionado con Al Qaeda.

El juez le ha declarado culpable de cuatro delitos de conspiración para cometer actos terroristas. Karim fue acusado de desarrollar diversos planes para intentar acabar con la reputación de British Airways, aprovechando la serie de huelgas del personal de cabina llevadas a cabo el año pasado.

Su objetivo era lograr una de las plazas que se ofrecieron al resto de empleados de BA para reemplazar a los auxiliares de vuelo que participaron en los paros e introducir una bomba en un avión de la compañía que realizara una ruta con destino a Estados Unidos.

Los delitos son de "extrema gravedad", ha afirmado el juez. A parte de la condena, cuando esta termine, Karim será trasladado a Bangladesh, su país de origen.

VIDA NORMAL

El condenado llevaba una vida aparentemente normal junto a su esposa y su hijo desde que se mudó a Newcastle en el año 2006. Karim reconoció antes del juicio haber estado implicado en su país en la producción de un vídeo de un grupo terrorista, así como en la recaudación de fondos para la comisión de atentados.

Criado en una familia de clase media de Dhaka, respaldaba a la organización extremista Jama'atul Muyahidín Bangladesh, a la que llegó de la mano de su hermano menor Tehzeeb.

Quienes trabajaron con él durante su estancia en el Reino Unido, aseguraron que se trata de una persona "de buenos modales, bien educada y respetuosa", que iba al gimnasio y jugaba al fútbol, y que nunca dio a conocer sus puntos de vista extremistas.

APROVECHÓ SU POSICIÓN EN BRITISH ARWAYS

Durante dos años, aprovechó su acceso a las oficinas de la aerolínea en Newcastle y en el aeropuerto londinense de Heathrow para acceder a información confidencial y para reunirse con extremistas islámicos y establecer sus primeros contactos con Al-Awlaki.

En una de las comunicaciones codificadas recuperadas por la policía, Karim dejó escrito en su ordenador: "desde el momento que entré en este país, mi propósito era hacer algo por la fe, no para construir aquí una vida y empezar a disfrutar de la vida".