Un marroquí fue condenado a la pena capital por el Tribunal de Apelación de Casablanca por violar, matar y descuartizar a una niña de diez años en Mohamedia, a pocos kilómetros de Casablanca, confirmaron hoy a Efe fuentes de la Coalición Marroquí contra la Pena de Muerte.

Abdelilah Benabdesalam, miembro de la coalición, explicó a Efe que la condena fue pronunciada el miércoles pasado y que este tipo de crímenes pasan directamente a la cámara criminal del Tribunal de Apelación.

Sin embargo, es improbable que se aplique la condena ya que en Marruecos aunque se sigue dictando la pena de muerte no se aplica desde hace 20 años.

El diario local Assabah recuerda que el caso se remonta al 15 de mayo de 2012 cuando el acusado, que trabajaba de tendero en un pequeño comercio, violó a una niña de nombre Meriem en su tienda, y después la mató a golpes y asfixiándola con sus manos.

Asimismo, el periódico detalle que el condenado enterró en el cadáver en el suelo de su comercio, y posteriormente exhumó el cuerpo y lo troceó con una sierra antes de tirarlo a un descampado.

La misma fuente indicó que tras pronunciarse la condena, la madre de la víctima manifestó: "la pena de muerte no ha apagado el fuego que arde en mi alma".

En total, hay 112 condenas a muerte (dos de ellas mujeres) y casi todas son condenas que fueron pronunciadas por delitos de terrorismo o asesinatos.

Marruecos forma parte junto a sus vecinos Mauritania, Argelia y Túnez del conjunto de países que tiene una moratoria de facto sobre la pena de muerte, sin por ello hacerla oficial, mientras que en el resto de países árabes la pena de muerte está vigente y las ejecuciones son una realidad.

El islamista Partido Justicia y Desarrollo (que encabeza la coalición gubernamental) presentó el pasado mes de junio una propuesta de ley para restringir los delitos en los que se dictamina la pena de muerte, pero sin pedir por ello su abolición.