SEUL. El conductor de uno de los convoyes del metro incendiado el pasado martes en Daegu, siniestro en el que murieron 133 personas, reconoció ayer que quitó la llave de control del tren y escapó sin abrir las puertas de los vagones, lo que contribuyó a aumentar el número de víctimas, según informó la policía. Los investigadores anunciaron la presentación de querellas criminales por ésta y otras negligencias del personal del metro surcoreano. AGENCIAS