Las autoridades colombianas confirmaron hoy la muerte, en un bombardeo el lunes pasado, de uno de los jefes de la guerrilla de las FARC más buscados por las autoridades panameñas. El fallecido, Jorge Posada Medina, es uno de los cabecillas del frente 57 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que actúan en la región del Darién, fronteriza entre el país andino y Panamá. Posada Medina, alias "Ignacio" o "Pipón", murió en un bombardeo de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) sobre su campamento en esa región del noroeste del país y en el marco de la "Operación Darién", indicó la Policía en un comunicado. El rebelde muerto estaba acusado de participar en combates con paramilitares en la localidad selvática de Bojayá, departamento del Chocó, el 2 de mayo de 2002. Esos choques armados se cobraron la vida de 74 personas y resultaron heridas otras 119, cuando un cilindro-bomba lanzado por los guerrilleros cayó sobre el techo de una iglesia en la que los lugareños se refugiaban. "Ignacio" o "Pipón" fue condenado en ausencia a 36 años de cárcel por su participación en la matanza de Bojayá. Posada Medina tenía, según la fuente, vínculos con una red narcotraficante "que envió desde la región del Darién más de 36 toneladas de cocaína a Centroamérica y Estados Unidos". Asimismo, fue acusado de sembrar minas antipersonales que hirieron a algunos funcionarios en la zona de frontera con Panamá, por lo que autoridades de ese país ofrecían una recompensa por su detención. En el mismo bombardeo contra ese campamento del frente 57 murieron otros cuatro guerrilleros.