La crisis de los marinos británicos ha hecho resurgir la brecha entre radicales y pragmáticos en el seno del régimen de Teherán. Los grupos más duros, como los Guardianes de la Revolución --la base política de Ahmadineyad y los encargados de controlar la zona donde los marinos fueron capturados-- parecen haber optado por una huída hacia adelante en el enfrentamiento con Occidente, mientras que otras facciones --pragmáticos y moderados-- parecen haberse aliado, bajo la égida del líder espiritual iraní, Alí Jamenei, en contra del conservador jefe del Estado. "Existen tensiones internas dentro del régimen y esta acción no puede tener el apoyo de las fuerzas moderadas en el Gobierno", resume el analista Henning Riecke.

Ciertos observadores ven en la actual crisis una repetición de la toma de la Embajada de Estados Unidos en Irán en 1979. Durante 444 días, unos 50 estadounidenses permanecieron cautivos de la República Islámica, lo que costó la presidencia de EEUU a Jimmy Carter.