"Soy el hombre más feliz del mundo", dijo Joseph Kabila (36 años) tras depositar su voto. Ayer fue la primera vez que Kabila, el hijo del asesinado Laurent Kabila, pudo ejercer el derecho al voto en unas elecciones libres, multipartitas, y sin incidentes graves, en la República Democrática del Congo (RDC), las primeras verdaderamente democráticas de los últimos 40 años. Su candidatura es la favorita.

La jornada, que discurrió en paz, a excepción de unos incidentes sin importancia en el centro del país, estuvo vigilada por una macrooperación de paz, la más cara (400 millones de euros) y la más compleja a nivel organizativo de todas las que han ejecutado las Naciones Unidas.

Los resultados no se sabrán hasta dentro de 20 días, el tiempo que la comisión electoral necesita para contar los votos de los congoleños, que acudieron en masa a votar.