Después de más de 20 horas de acalorados debates, el presidente argentino Mauricio Macri obtuvo su primera victoria en el Parlamento. La Cámara de Diputados aprobó el proyecto derogación de dos leyes que impiden pagarle a los llamados 'fondos buitre' 12.000 millones de dólares. El Gobierno de derechas ha sostenido que el acuerdo con el pequeño pero agresivo grupo de tenedores de bonos que se negaron a reestructurar la deuda durante el kirchnerismo es vital para terminar un largo juicio en tribunales norteamericanos e impulsar el crecimiento de la economía. De lo contrario, advirtió horas atrás Macri, le esperan al país el ajuste y la hiperinflación.

De acuerdo con el diario Clarín, los diputados han dado “una señal de gobernabilidad”. El macrismo logró 165 votos favorablescon el apoyo de peronistas, exkirchneristas, socialistas y la Unión Cívica Radical (UCR). El proyecto deberá ser discutido en el Senado antes de que concluya el mes. El kirchnerismo, suponen los analistas, volverá a fracturarse. Esa escisión facilitará que se apruebe la ley. Otra posibilidad es que los senadores efectúen modificaciones menores a la propuesta y vuelva a ser debatida en la Cámara de Diputados. Pero el tiempo apremia.

El debate fue seguido desde las inmediaciones del Parlamento pormiles de personas que rechazaban que Argentina inicie un nuevo ciclo de penoso endeudamiento exterior, al que compararon con los que tuvieron lugar durante la última dictadura militar (1976-83) y el Gobierno del peronista Carlos Menem (1989-99). El macrismo consideró que esa instancia no es negativa y que la vía del acuerdo con los 'holdouts' permitirá al país acceder otra vez al crédito internacional para encarar obras públicas y retomar el crecimiento de la economía.

EMISIÓN DE DEUDA

Para pagarle a los 'buitres', el Gobierno se propone emitir títulos por 12.000 millones de dólares a cinco, 10 y 30 años. Se trata de la mayor emisión de deuda en un país en desarrollo desde 1996. Los beneficiarios representan al 7% de los bonistas que no entraron en los canjes de deuda del 2005 y el 2010, y que litigaron en un tribunal de Nueva York. El juez Thomas Grissa dictaminó a favor de esas reclamaciones. En estos años dispuso embargos y frenó el pago a otros acreedores hasta que no se resuelva el pleito en su juzgado. El proyecto de ley incluye un artículo que deja supeditado el acuerdo con los 'buitres' a un fallo de la justicia de Nueva York que levante las cautelares dictadas contra Argentina.

La prolongada discusión no parlamentaria no estuvo exenta de tensiones. “Si son mejores que nosotros, vayan y negocien mejor; no cedan tan fácil ante la extorsión”, exigió Máximo Kirchner, hijo de la presidenta Cristina Fernández, en su primera intervención como legislador. El exministro de Economía Axel Kicillof calificó de grave la situación que se avecina. Dijo que falta todavía saber la medida exacta de la deuda que se dispone a tomar el Gobierno y cuál será su relación con los organismos internacionales de crédito.

LOS DICTADOS DEL FMI

Kicillof auguró que Argentina volverá a seguir los dictados del Fondo Monetario Internacional (FMI) y que le sucederá lo que España, Grecia y Portugal. “El endeudamiento viene a desindustrializar el país, a generar más pobreza. ¿No será que algún banco nos pidió que arreglemos rapidito con los buitres para que nos presten? ¿Cómo vamos a decir tan ligeramente que el endeudamiento externo es la panacea cuando los que nos prestan son el HSBC, el JP Morgan?”, dijo sobre los bancos que financiaron la paridad entre el peso y el dólar en los años 90 que concluyó con el derrumbe económico y el corralito.

Por el contrario, Macri insistió en las virtudes de acceder al mercado internacional de créditos. “Estamos esperando terminar con este tema que nos reincorpora al mundo. Este es un viejo litigio. Lo dejamos crecer en vez de resolverlo cuando costaba muchísimo menos dinero”. La gran pregunta sin responder sobre el posible acuerdo con los 'buitres' tiene que ver con la posibilidad de que se abra un nuevo ciclo de reclamaciones judiciales, esta vez de los acreedores que aceptaron quitas de la deuda del 70% y que ahora advierten que los que se negaron a reestructurar los pasivos solo aceptaron recortar sus aspiraciones en un 20%.