La Cámara de Representantes de Estados Unidos se llenó el viernes de gritos, insultos y abucheos que mostraron la profunda división entre republicanos y demócratas y la tensión que genera la guerra de Irak. El asunto que se votaba era una propuesta para la retirada inmediata de las tropas estadounidenses que, como se esperaba, fue rechazada por 403 votos en contra y 3 a favor. Tras el planteamiento de la propuesta, latía una maniobra política de los republicanos para dejar sin opción a los demócratas contrarios a la ocupación y eliminar un debate serio.

Fue el jueves cuando el demócrata John Murtha, uno de los congresistas más respetados en asuntos militares, presentó un plan que incluía la retirada de Irak en los próximos seis meses. Los republicanos, mayoría en las dos cámaras del Congreso, conscientes del descenso del apoyo popular a la estrategia militar del presidente, George Bush, en Irak y agobiados por el escándalo de la manipulación de la información para justificar la guerra, redactaron y forzaron el debate y la votación de una propuesta destinada al fracaso.

El texto de la propuesta votada fue: "Es el sentir de la Cámara de Representantes que el despliegue de fuerzas de EEUU en Irak debe acabar inmediatamente".

SIN DEBATE PROFUNDO Si incluso la propuesta de Murtha provoca reticencias en las filas demócratas, el planteamiento de la retirada inmediata no tiene ningún apoyo. Y aunque el debate no permitió discutir en profundidad la grave situación de la posguerra, sí sirvió para comprobar la crispación bipartidista.

La republicana Jean Schmidt encendió la mecha al decir que había recibido la llamada de un coronel que le pidió que enviara al Congreso el mensaje de que era necesario seguir con la estrategia. Y añadió: "También me ha pedido que envíe un mensaje al congresista Murtha: los cobardes huyen, los marines nunca".

Sus palabras hicieron estallar a los demócratas. Docenas de congresistas empezaron a proferir gritos y abucheos y solicitaron que sus afirmaciones se retiraran del acta de la sesión. Desde las filas demócratas empezaron a escucharse acusaciones a los republicanos. "Sois patéticos", espetó un congresista.

A GRITOS Harold Ford, un demócrata de Tennessee, se acercó a las filas republicanas gritando: "Decid el nombre de Murtha". Más tarde explicó: "Si los republicanos creen que el asunto a debate era Murtha deberían hablar de él, no esconderse detrás de una resolución". El orden se impuso tras hablar Schmidt, quien dijo: "Mis palabras no estaban dirigidas a ningún miembro de la Cámara". Luego pidió que se retiraran del acta.

Los demócratas fueron duros en su ataque a la maniobra republicana justo antes de que la Cámara descanse 15 días por Acción de Gracias. La líder de la minoría en el Congreso, Nancy Pelosi, denunció "un acto de engaño que elimina cualquier resto de dignidad que quedara en el Congreso republicano".

Mientras Bush afirmó, en un discurso en Corea del Sur, que fijar una fecha para la retirada de Irak sería una "garantía para el desastre". "Combatiremos a los terroristas en Irak y continuaremos la lucha hasta que hayamos conseguido la victoria por la que nuestras valerosas tropas han luchado y vertido su sangre", dijo en Osan. Pero el viernes, el general George Casey, máximo mando militar de EEUU en Irak, envió al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, un plan que aboga por comenzar a retirar brigadas en el 2006.