"Confío en la madurez, en la prudencia y en la responsabilidad de los parlamentarios y las bancadas que apuestan por la democracia. Hago un llamamiento a la unidad, a la sensatez y a trabajar juntos. La historia y los peruanos juzgarán nuestras decisiones". El presidente provisional Martín Vizcarra cerró su encendida defensa con esa apelación a los congresistas que deben decidir este lunes su destitución por "incapacidad moral" y a unos seis meses de completar su mandato. Las elecciones generales se celebrarán el próximo 11 de abril en medio de una profunda incertidumbre política.

Hace dos años, Vizcarra reemplazó en el Ejecutivo a Pedro Pablo Kuczynski. El entonces presidente decidió dimitir antes de ser cesado por el Congreso, que investigaba sus relaciones con la constructora brasileña Odebrecht. El actual jefe de Estado interino es investigado por haber recibido supuestamente sobornos a cambio de contratos de obras públicas cuando gobernaba la región sureña de Moquegua, en el 2014. Los sobornos ascenderían a los 620.000 dólares. "Estoy aquí para esclarecer cualquiera de los hechos que falsamente me imputan". Se necesitan 87 votos de los 130 legisladores para que se active la destitución de Vizcarra. El debate entre las bancadas promete ser reñido y sume en la tensión a la sociedad.

SEGUNDO INTENTO

"Tenemos grandes tareas que cumplir, respetando la voluntad del pueblo, respetando la Constitución, y, sobre todo, respetando la estabilidad del país", le pidió Vizcarra a los congresistas y advirtió sobre los efectos en la "estabilidad económica" que tendría su salida del Ejecutivo. Vizcarra ya evitó el 19 de septiembre ser destituido por un caso menor, sus relaciones con el oscuro cantante Richard Swing, favorecido con contratos estatales.

La inestabilidad institucional es una constante en un país donde todos los presidentes electos tras la huida de Alberto Fujimori, hace dos décadas, han sido encausados por corrupción (Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Pablo Kuczynski) y el restante, Alan García, se pegó un tiro para evitar la cárcel.