Pese a los llamamientos del presidente de EEUU, George Bush, el Congreso no se decide a renovar las 16 cláusulas más restrictivas de la ley Patriot, aprobada a toda prisa tras el 11-S para aumentar los poderes de vigilancia del Gobierno en la lucha antiterrorista. Ayer, la Cámara de Representantes se proponía extender otro mes más, hasta el 10 de marzo, la vigencia de estas medidas para poder seguir debatiendo y evitar que expiren mañana.

Será la segunda prórroga de esta controvertida ley, que debía expirar el pasado 31 de diciembre y que fue renovada hasta el 3 de febrero. Entonces, la oposición demócrata en el Senado y un grupo de cuatro republicanos impidieron que se votara la renovación, que hubiera convertido en permanentes los 16 puntos más polémicos, como deseaba la Casa Blanca.

PODERES EXCESIVOS En concreto, los republicanos consideraron excesivos los poderes policiales que hubiera establecido la ley, que facilita a los agentes del Gobierno federal la vigilancia con el pinchazo de teléfonos y los registros en hogares y empresas. Los contrarios a la ley querían dar a los ciudadanos más opciones para apelar contra las exigencias gubernamentales de aportar información sobre el uso de sus teléfonos y de internet. Una defensa que ahora es limitada.