Los jefes de Estado y de Gobierno de los 25 intentaban anoche a puerta cerrada consensuar el nuevo presidente de la Comisión Europea, que sustituirá en el cargo a Romano Prodi el próximo 1 de noviembre. El candidato del eje franco-alemán, el primer ministro belga, el liberal Guy Verhosftadt, tropezaba con la oposición inicial de Gran Bretaña, Polonia e Italia por sus posiciones federalistas y por su firme oposición a la guerra de Irak.

El primer ministro luxemburgués, el conservador Jean-Claude Juncker, que podría obtener con facilidad el consenso, ha repetido hasta la saciedad que no está dispuesto a aceptar el cargo.

El Partido Popular Europeo (PPE), con la oposición de los franceses, holandeses, luxemburgueses y portugueses, propuso ayer por sorpresa al británico Chris Patten, actual comisario de Relaciones Exteriores.

El presidente francés, Jacques Chirac, descartó la candidatura de Patten, al afirmar que no se sentía vinculado por las propuestas del PPE. Chirac argumentó, además, que el nuevo presidente debe pertenecer a un país que participe plenamente en todas las políticas europeas, lo que descarta a Patten.

Chirac también propuso renovar el mandato de Javier Solana como responsable de la política exterior y de defensa europea y apoyó que se convierta en el primer ministro de Asuntos Exteriores de la UE.