Los comentarios de Donald Trump sobre la región de Cachemira, que está en el corazón de décadas de hostilidad entre India y Pakistán, han desatado una tormenta de críticas. El Gobierno indio niega que el primer ministro, Narendra Modi, le pidiera al presidente estadounidense ser un mediador en Cachemira durante una reunión en Japón el mes pasado.

Trump habló en la Casa Blanca justo antes de sentarse a conversar con el primer ministro paquistaní, Imran Khan, quien ha dado la bienvenida al esfuerzo de Estados Unidos por interceder, y ha dicho que daría esperanzas a más de mil millones de personas en la región.

"Solo el país más poderoso liderado por el presidente Trump puede juntar a estos dos países. Hemos intentado todo con India. Pero desafortunadamente no hemos logrado avances todavía", dijo Kahn en el Despacho Oval junto al mandatario estadounidense.

"Si puedo ayudar, me encantaría ser un mediador (sobre Cachemira). Si puedo hacer cualquier cosa para ayudar, házmelo saber", replicó Trump en respuesta a la oferta realizada por el primer ministro paquistaní.

HISTORIA COMPLICADA

Los comentarios desencadenaron una tormenta política en la India que durante mucho tiempo se ha molestado ante cualquier sugerencia de participación de terceros en la lucha contra Cachemira, una región de mayoría musulmana que considera parte integral del país.

La región dividida del Himalaya es reclamada tanto por la India, de mayoría hindú, como por el Pakistán islámico y los vecinos, dotados de armamento nuclear, han ido a la guerra dos veces por el territorio desde la independencia en 1947.

Pakistán ha presionado mucho tiempo para la implementación de resoluciones de las Naciones Unidas de décadas de antigüedad que exigen una votación en la región para decidir su futuro. India dice que la ONU no tiene ningún papel en Cachemira, donde los militantes separatistas han beneficiado a las fuerzas indias durante años.

ESCALADA DE TENSIÓN

Los comentarios de Trump se arriesgaron a estrechar aún más los lazos políticos con India, que ya están bajo presión sobre el comercio. El ministro de Relaciones Exteriores, Subrahmanyan Jaishankar, quien formó parte de la delegación india en la reunión del G20 en Japón donde se reunieron Trump y Modi, dijo a los legisladores agitados que Modi no buscó ayuda de Trump sobre Cachemira.

"El presidente de los EEUU hizo ciertas observaciones en el sentido de que estaba dispuesto a mediar si lo solicitaban India y Pakistán. Aseguro categóricamente a la Cámara que el Primer Ministro no ha hecho tal solicitud, repito, no se hizo tal solicitud", dijo al Parlamento.

VUELTA HACIA ATRÁS

Poco después de las declaraciones de Trump, el Departamento de Estado de EEUU dijo en un post en Twitter que apoyaba cualquier diálogo entre India y Pakistán, pero que Cachemira era un asunto de los dos países.

El presidente demócrata del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Eliot Engel, habló con el embajador de la India para decir que no hubo cambios en la posición de EEUU sobre Cachemira, dijo el comité en Twitter.

"Engel reiteró su apoyo a la posición de larga data de Estados Unidos sobre la disputa de Cachemira, y dijo que apoyaba el diálogo entre India y Pakistán, pero que el ritmo y el alcance del diálogo solo pueden ser determinados por India y Pakistán".

También dijo que Pakistán debe "desmantelar la infraestructura terrorista" para cualquier diálogo significativo con la India. Los separatistas de Khan y Kashmiri de Pakistán dieron la bienvenida a la intervención de los Estados Unidos. "Puedo decirle en este momento, señor presidente, que tendrá las oraciones de más de mil millones de personas si puede mediar y resolver este problema", dijo Khan.

El líder separatista de Cachemira, Mirwaiz Umar Farooq, dijo que apoyaría cualquier esfuerzo para poner fin al conflicto en la región en la que murieron decenas de miles de personas, y la gente de Cachemira agradecería la intervención de Trump.

Trump y Khan también discutieron formas de poner fin a la guerra de 18 años en Afganistán. Estados Unidos considera que la cooperación de Pakistán es crucial para cualquier acuerdo para garantizar que el país no se convierta en una base para grupos militantes como el Estado Islámico.