Corea del Norte necesitará "varias semanas" para preparar su próxima prueba nuclear, a pesar de que el régimen comunista ha insistido en que la amenaza es inminente, según han informado fuentes norcoreanas, surcoreanas y chinas a la agencia de noticias Yonhap.

Una fuente china ha explicado que Pyongyang es muy consciente de las preocupaciones de Pekín por las consecuencias de sus pruebas nucleares sobre el medio ambiente y que por ello está llevando a cabo varias comprobaciones.

"Después de su última prueba nuclear, parece que Corea del Norte está comprobando cuidadosamente las condiciones del túnel que utilizó para llevarla a cabo", ha dicho el informante chino, bajo condición de anonimato.

A este respecto ha recordado que el régimen comunista ha considerado que su última prueba nuclear fue un éxito, no solamente por el lanzamiento, sino porque no hubo daños al medio ambiente, tal y como después han comprobado las autoridades chinas, japonesas, surcoreanas y estadounidenses.

La prensa regional ha revelado que Pyongyang utilizó una compleja red de túneles zigzagueantes para contener los efectos contaminantes de su ensayo atómico. Las imágenes satelitales muestran que no ha sufrido daños.

Además, la fuente ha revelado que Corea del Norte estaría tomando las medidas necesarias para protegerse de una eventual respuesta de Estados Unidos o Corea del Sur a su próximo ensayo atómico, aunque no ha detallado cuáles.

Por todo ello, ha considerado que "el momento de llevar a cabo su próxima prueba nuclear es una decisión política", ya que, dado que la red de túneles está intacta, podría hacerla de inmediato, aunque hubiera daños ambientales.

Sanciones

En la misma línea se ha expresado un analista norcoreano, aunque en su caso ha atribuido la espera del Gobierno de Kim Jong Un a las medidas dimanantes de la última resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que, seguramente, se traducirá en más sanciones.

Sobre esta cuestión, fuentes surcoreanas han indicado que China y Rusia --miembros permanentes del Consejo de Seguridad y, por tanto, con derecho a veto-- están obstaculizando la adopción de nuevas sanciones porque creen que ello llevaría a un escenario de conflicto en la península coreana.

No obstante --han asegurado--, China estaría castigando a Corea del Norte reduciendo significativamente sus envíos de ayuda alimentaria, que anualmente alcanzan los 400 millones de dólares (301 millones de euros), y que el régimen comunista necesita para combatir la hambruna endémica.

"China no va a sancionar abiertamente a Corea del Norte, como han hecho Corea del Sur o Estados Unidos, pero puede adoptar sus propias medidas para penalizar al país por desafiar los deseos de la comunidad internacional", ha dicho una fuente gubernamental.

Tercera prueba nuclear

El pasado 12 de febrero, Corea del Norte llevó a cabo su tercer ensayo atómico "de forma exitosa" con "un pequeño aparato nuclear, más ligero y con más fuerza explosiva que los anteriores", sin causar daños al medio ambiente.

De esta forma, cumplió con lo anunciado el pasado 24 de enero, cuando su Comisión de Defensa reveló sus planes de llevar a cabo más pruebas nucleares y lanzamientos de cohetes de largo alcance aunque dirigidos, esta vez, contra Estados Unidos.

En respuesta, el Consejo de Seguridad ha "condenado firmemente" el la prueba nuclear norcoreana y ha prometido que emprenderá acciones contra el régimen de Kim Jong Un, que podrían traducirse en nuevas sanciones.

Tras ello, el Ministerio de Exteriores de Corea del Norte ha explicado que su ensayo atómico ha sido un acto de autodefensa en respuesta a la hostilidad de Estados Unidos y ha advertido de que, si ésta persiste, emprenderá acciones "más fuertes".

En 2006 y 2009, Corea del Norte realizó pruebas nucleares, lo que suscitó una enérgica respuesta del Consejo de Seguridad a través de dos resoluciones que prohíben expresamente al régimen comunista desarrollar y usar tecnología nuclear y de misiles balísticos.