La orden de desnudar y esposar a los presos iraquís, ejecutada por guardias de la policía militar estadounidense en la cárcel de Abú Graib e ilustrada con fotografías, fue del coronel del espionaje militar Thomas Pappas, según se hizo público ayer en EEUU, en vísperas del primer consejo de guerra a uno de los torturadores, hoy en Bagdad.

Pappas, comandante de la brigada 205 de espionaje militar, declaró al investigador militar de los abusos, el general Antonio Taguba, que este tratamiento y otras medidas fueron aprobadas por él o por su ayudante como parte del plan de interrogatorio, según reveló ayer The New York Times . Pero el coronel subrayó que se basó en las normas de interrogatorio establecidas el 12 de octubre del 2003 por el general Ricardo Sánchez, comandante de las fuerzas de EEUU en Irak.

Pappas explicó que "no había ningún sistema formal para comprobar si los guardias de la prisión se ceñían a las instrucciones. "Debimos haber indagado más", reconoció. Taguba apuntó, luego, en su informe sobre los abusos que Pappas fue "directa o indirectamente responsable de ellos".

Las declaraciones de Pappas son la confirmación a más alto nivel de que la responsabilidad de los abusos fue del espionaje militar y no de la policía militar, como sostuvo Janis Karpinski, exdirectora de la prisión. El escándalo seguirá hoy en el candelero, con la comparecencia ante el Senado de la cúpula militar de EEUU en Irak, donde la violencia hace imposible pronosticar cuánto tiempo tendrán que permanecer allí las tropas, según reconoció el subsecretario de Defensa, Paul Wolfowitz.

TAMBIEN EN AFGANISTAN Ayer trascendió que soldados de EEUU recibieron órdenes por escrito de torturar en los interrogatorios a los prisioneros en las cárceles de Afganistán, según asegura la revista alemana Stern en la edición de hoy. Un reportero tuvo acceso a documentos oficiales que constatan esos datos.

Por otra parte, Silvio Berlusconi pedirá hoy a George Bush "procesos públicos y castigos ejemplares" para los responsables de las torturas. El Vaticano y los italianos presionan al primer ministro para que ordene el regreso de las tropas.