El presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunció hoy que la operación militar de Colombia contra las FARC en territorio ecuatoriano frustró las negociaciones para liberar a doce rehenes de la guerrilla, entre ellos Ingrid Batancourt.

En una cadena de televisión, Correa recalcó que "las negociaciones estaban bastante avanzadas para liberar en Ecuador a doce rehenes, entre ellos Ingrid Betancourt. Ahora, todo fue frustrado por las manos guerreristas y autoritarias". Posteriormente, en la misma intervención televisiva, el ministro coordinador de Seguridad Ecuatoriano, Gustavo Larrea, que admitió que había mantenido contactos con las FARC con motivos humanitarios, para buscar la liberación de secuestrados, precisó que a Betancourt se la podría haber liberado este mes de marzo.

Según Correa, su Gobierno no descarta que impedir esa liberación de rehenes por las FARC fuera "una de las motivaciones de la incursión y ataque por parte de los enemigos de la paz" al campamento en territorio ecuatoriano, donde dieron muerte a 21 guerrilleros, entre ellos su portavoz internacional, "Raúl Reyes". "Cabía preguntarse también qué buscaba el Gobierno de (el presidente colombiano, Álvaro) Uribe eliminando a Raúl Reyes en territorio ecuatoriano y luego inventando patrañas para vincularnos con las FARC", señaló Correa.

El gobernante apuntó que Uribe quizá quería "desestabilizar" a su Gobierno, que se ha negado a participar en el Plan Colombia, que lleva a cabo con el apoyo de Washington contra la guerrilla y el narcotráfico, "y poner también a un gobierno títere" en Ecuador. Correa negó que haya "santuarios" de las FARC en Ecuador, recordó que en 2007, durante su periodo de Gobierno, han desmantelado 47 campamentos de esa guerrilla en la selva ecuatoriana y que "en su propio país, las FARC controlan vastos territorios".

El gobernante insistió en que "todo contacto con la guerrilla ha sido por motivos humanitarios, junto con países como Francia". "A las 14 horas del día de hoy, he ordenado la ruptura de relaciones con el Gobierno colombiano, ya que no es posible mantener relaciones con un Gobierno que tan burdamente atropella la decencia, la verdad y la soberanía de Estados amigos", agregó Correa.

Puntualizó que "queremos diferenciar claramente entre el Gobierno del presidente Uribe y el pueblo colombiano, con el cual tenemos lazos de entrañable hermandad", y recalcó que los cerca de 300.000 colombianos que hay en Ecuador "pueden seguir sintiéndose como en su casa". Según Correa, que mañana emprenderá una gira por cinco países de América Latina para explicar la crisis entre Ecuador y Colombia, "el país no está solo en esto, la inmensa mayoría de gobiernos latinoamericanos nos han brindado su irrestricto apoyo, ya que este es un problema para toda la región".

Según él, ni en los periodos más duros de la guerrilla en América Latina, "un Gobierno se atrevió a regionalizar su conflicto. Esto es inédito y sencillamente inadmisible. Los gobiernos de Latinoamérica sabrán cerrar filas y detener este nefasto precedente que intentaba imponer el Gobierno de Colombia". "A Colombia siempre le hemos extendido la mano solidaria y hemos sido traicionados. Sabemos que no es la traición de un pueblo, tan solo la traición de un hombre (Uribe) y un Gobierno", apostilló.