El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, que esta mañana juró el cargo ante la Asamblea Nacional para un nuevo mandato de cuatro años, asistió en la noche a su "investidura popular" ante una multitud en Quito.

Decenas de miles ecuatorianos acudieron al antiguo aeropuerto de la capital para festejar el inicio del nuevo periodo de gobierno de Correa, que prometió profundizar su "revolución ciudadana".

A la concentración acudieron los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Haití, Michel Martelly, quienes también formaron parte de las más de 90 delegaciones internacionales presentes en la investidura oficial en el Parlamento.

Una pareja de indígenas colocó una banda presidencial en los hombros de Correa que se desgajó en agradecimientos a su pueblo por la reelección que alcanzó en los comicios del pasado 17 de febrero.

No faltó en su discurso al pueblo una evocación a la figura del expresidente venezolano, Hugo Chávez, lo que también fue respondido con fuertes aplausos desde el público.

"Desde algún lugar del infinito nos acompaña el comandante Hugo Chávez Frías", dijo el mandatario izquierdista de Ecuador, en el poder desde 2007.

Desde el enorme escenario instalado en el antiguo campo de aviación, Correa insistió en su compromiso de "cumplir más contundentemente con la revolución ciudadana".

También dijo a sus correligionarios del movimiento Alianza País (AP), con mayoría en la Asamblea Nacional, que ante la victoria contundente en los comicios de febrero pasado, a su Gobierno y al Legislativo les está "prohibido fallar".

Pidió al centenar de legisladores de AP en el Parlamento, integrado por 137 escaños, "no caer en la trampa" de ciertos grupos de oposición que, según dijo, intentarán inmovilizar la gestión del Gobierno.

Además, afirmó que lo más importante que ha logrado durante su administración es "vencer a la desesperanza" y señaló que ahora sus compatriotas sienten "orgullo de ser ecuatorianos" y también de ser "latinoamericanos".

"Lo mejor está por venir" señaló Correa y dijo que los próximos cuatro años serán "maravillosos".

También se refirió a la unidad latinoamericana y aseguró que "la Patria Grande ya no es sólo un sueño, ya no es sólo un anhelo, es una necesidad" de "supervivencia" para la región.

Al final de su discurso ante la población, Correa se fundió en un abrazo con el presidente venezolano, para luego ir a las sillas y disfrutar de los festejos artísticos por el inicio de su nuevo mandato.

Se prevé que un acto popular similar al de hoy en Quito, se celebre mañana en la ciudad portuaria de Guayaquil, la más poblada del país y de donde es oriundo el jefe del Estado.