La ejecución de un adolescente en Alepo supuestamente por combatientes islamistas despertó hoy la polémica entre la confusión por su autoría y las promesas de la oposición siria de que se juzgarán todos los crímenes de guerra y las violaciones de derechos humanos.

El caso se remonta al sábado y fue ayer cuando el Observatorio Sirio de Derechos Humanos denunció que combatientes de una brigada islamista dispararon al joven Mohamed Qataa, de 14 años, por insultar supuestamente al profeta Mahoma.

La Coalición Nacional Siria (CNFROS), mayor grupo opositor, aseguró hoy que pese a la confusión, el hecho, si se confirma, representa "un crimen contra la humanidad y una violación flagrante de los derechos humanos".

En un comunicado, señaló que "cualquiera violación a los tratados internacionales y cualquier tipo de crímenes de guerra serán transmitidos a la Justicia sea cual sea la parte que los cometa".

Por otra parte, un destacado dirigente de un grupo islamista de Alepo, que pidió el anonimato, explicó a Efe que el acto está siendo investigado, aunque dudó que fuera cometido por combatientes islamistas.

Esta fuente explicó que los combatientes islamistas en Alepo entregan a los detenidos a los tribunales religiosos que dependen de esos grupos y que dictan sus sentencias de forma abierta y en lugares públicos.

El dirigente islamista señaló también que, por el estado de guerra, los tribunales religiosos abolieron la pena de muerte salvo en los casos de traición.

Sin embargo, el Observatorio acusó hoy de cometer esta ejecución a una corte que depende del grupo denominado Estado Islámico en Irak y del Levante, vinculado con la organización terrorista Al Qaeda.

Ese "tribunal" es independiente del sistema judicial religioso unificado establecido en Alepo por la mayoría de los movimientos islamistas que actúan en esa ciudad y sus suburbios, agregó este grupo.

El Observatorio ha difundido para corroborar su versión un vídeo con los testimonios de los padres y el hermano pequeño de la víctima, que narran lo sucedido y acusan a combatientes islamistas.

El padre de Mohamed Qataa apunta a que tres hombres, posiblemente extranjeros que hablaban en árabe clásico, detuvieron a su hijo durante una media hora y luego le dispararon.

Según su testimonio, estos hombres escucharon una trifulca de su hijo con otro hombre, que quería un café gratis, y consideraron que sus exclamaciones de que no se lo daría aunque estuviera presente Mahoma suponían un insulto al profeta.

La presencia de combatientes extremistas en territorio sirio ha sido denunciada por diversos grupos y ha despertado los temores de Occidente, que alega esta radicalización de la oposición ante su indecisión de armar a los rebeldes.