A John Darwin nadie le esperaba. Su familia, los amigos y la policía le habían dado por muerto hace cinco años y medio. La última vez que había sido visto con vida fue una mañana de marzo del año 2002, preparándose para salir al mar en una canoa, cerca de las costas de Seaton Carew, en el este de Inglaterra. Después, nunca más se supo, hasta el sábado, cuando Darwin, de 57 años, con aspecto sano y bronceado, se presentó en la comisaría del West End de Londres. "Creo ser un desaparecido", dijo a los agentes a modo de presentación.

El enigma, aún no resuelto, acababa de comenzar, porque el antiguo funcionario de prisiones no sabe ni contesta. Asegura sufrir una terrible amnesia y no recordar en absoluto dónde ha estado durante todo este tiempo. Las cosas se complican aun más, porque si él ha retornado del más allá, la que ahora no aparece es su esposa.

Tan solo seis semanas antes de la súbita resurrección , Anne Darwin, de 55 años, abrió una cuenta bancaria en Panamá y presumiblemente se marchó a vivir al país centroamericano, donde había pasado unas vacaciones. "Nos dijo que le había encantado y que pensaba trasladarse a vivir allí permanentemente", recuerda el que fuera su vecino, Bill Rodríguez.

Hasta ayer, los intentos de la policía británica por localizar a la señora Darwin han sido infructuosos. La mujer se marchó, según parece, con varios cientos de miles de libras, después de vender las dos propiedades de la familia en Inglaterra. "Dejó la casa con todos los muebles, con todo dentro. Hicieron falta 15 contenedores para sacarlo todo", asegura Rodríguez, sorprendido por la que fue, según él, una marcha precipitada.

Esa es también la sensación del comprador de la vivienda, cerca de Hartlepool, donde vivía la propietaria. John Duffield obtuvo la escritura en octubre y la vendedora desapareció sin llevarse sus cosas. "Nos dijo que se iba al extranjero y en su estudio, cuando estuvimos en la casa, había un manual de español", recuerda. "Pensamos que se iba a España, pero puede haberse ido a cualquier país de habla hispana", dice este ingeniero de 36 años.

¿Sabe Anne que su marido está vivo? ¿Está relacionada su marcha a Panamá con la aparición inexplicable de su esposo? De momento, los investigadores están examinando la situación financiera de la mujer, sus cuentas bancarias, seguros, pagos, contactos telefónicos, el correo... "Anne era una persona estupenda, en la que se podía confiar; no puedo creer que esté involucrada en nada sospechoso", afirma Rodríguez.

La clave del misterio la guarda el presunto ahogado . Cuando desapareció, durante un día entero, helicópteros y equipos de rescate trataron de dar con él. Al final solo hallaron su bote, vacío y dañado, en una playa del mar del Norte. Nadie encontró nunca al navegante. "La gente muere y tiene un funeral, tiene una lápida, algo que marca que ha existido en esta Tierra; pero sin un cuerpo, no sé cómo recordar la existencia de John", declaró la presunta viuda a la prensa local seis meses después de la desaparición.

Interrogatorio

Un año más tarde, las autoridades dieron oficialmente por muerto a Darwin, quien ayer debía comenzar a ser interrogado por los detectives encargados del caso. "El tipo no puede recordar nada de lo que ha pasado, ni de lo que ha vivido. No tiene memoria alguna. Está claro que ha estado en algún lugar durante los últimos cinco años y hay muchas preguntas por contestar", ha declarado la inspectora Helen Eustace, de la policía de Cleveland. "Los oficiales esperan hablar con él y saber lo que pasó", añadió.