La nueva crisis diplomática entre Bogotá y Caracas por el descubrimiento en un campamento de las FARC de un partida de armas que Suecia vendió a Caracas está tomando una dimensión regional por la implicación en la misma de EEUU. A esta crisis no es ajeno el acuerdo entre Bogotá y Washington que permitirá al Ejército estadounidense utilizar tres bases en Colombia para operaciones contra el narcotráfico, pacto que inquieta a toda a la región.

"A mí no me agrada la idea de otra base militar en Colombia". El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, hizo saber, a título personal, su malestar por la decisión de su colega colombiano, Alvaro Uribe. Pero, en rigor, habló en nombre de una región que no ve con buenos ojos la manera en que avanzan las relaciones entre Bogotá y Washington.

Lula manifestó su opinión junto a la presidenta chilena, Michelle Bachelet, quien dijo "estar plenamente de acuerdo" con esas afirmaciones. Y aunque Lula remarcó que no se pretende "abrir un conflicto ni con Uribe ni con EEUU", la cuestión de las bases militares será analizada el 10 de agosto en Ecuador en el encuentro de la Unión Suramericana de Naciones (UNASUR). Para Brasil y Chile, el tema de las instalaciones militares de EEUU no es ajeno a los roces diplomáticos de Colombia con Venezuela y Ecuador.

Brasil tiene ahora otra inquietud: el despliegue de la IV Flota de EEUU cerca de sus costas, nada menos que en el área donde se realizaron los últimos hallazgos de petróleo.