El presidente luso, Anibal Cavaco Silva, concluye hoy las consultas sobre la crisis de Gobierno en medio de una gran polémica sobre la posibilidad de un segundo rescate financiero de Portugal.

Ocho días después de que el Gobierno y el programa de asistencia quedarán en el aire por las desavenencias entre los partidos conservadores en el poder, Cavaco termina con los sindicatos su larga ronda de consultas sobre la crisis política.

Pero la división en el seno de la coalición, quedó superada el viernes con un acuerdo sobre el que aún no se ha pronunciado Cavaco, y ahora es el hipotético rescate el que ha pasado al primer plano de la pugna política lusa.

La oposición argumenta que el problema no es ya la composición o la mayoría del Ejecutivo sino su falta de "legitimidad", por la fuerte contestación popular, para negociar el segundo rescate, que cree inevitable.

El líder de la oposición, el socialista António José Seguro, sostuvo el martes en relación al rescate que "el país se enfrenta a la necesidad de negociar un nuevo programa".

Tras su audiencia con Cavaco, Seguro insistió en que el Gobierno que asuma esa tarea debe salir legitimado de unas nuevas elecciones anticipadas, para las que su partido es favorito en todos los sondeos.

Por ahora los mercados, que penalizaron la deuda y la bolsa lusa cuando se desató esta crisis, no han tenido en cuenta las dudas sobre la capacidad financiera de Portugal expresadas por el partido socialista, que pidió el rescate del país en abril de 2011 y perdió las elecciones anticipadas celebradas dos meses después.

Los intereses de la deuda lusa que se dispararon al 8 % en el caso del bono a diez años al inicio de la crisis de Gobierno volvían a quedar ayer por debajo del 7 %.

El principal partido del Gobierno, el Social Demócrata (PSD, centroderecha) al que pertenecen Cavaco y el primer ministro Pedro Passos Coelho, descartó, tras su turno de audiencia, "cualquier posibilidad de un segundo rescate" de Portugal y advirtió de la incertidumbre que generaría en los mercados un proceso electoral.

Al contrario que los socialistas, el PSD y su reconfirmado aliado de Gobierno, el Centro Democrático Social Partido Popular (CDS-PP, democristiano) consideran una prioridad cumplir las duras medidas de austeridad que exige el actual programa de asistencia financiera.

Por su parte, los líderes de las organizaciones empresariales, con los que también se reunió Cavaco, criticaron a los partidos en el Gobierno tanto por la recesión y el desempleo que sufre el país después de dos años de continuos recortes presupuestarios como por las consecuencias para la economía de la crisis política actual.

Además mostraron su rechazo a la posibilidad de que se abra un nuevo periodo electoral para resolverla.

António Saraiva, presidente de la patronal industrial, censuró la "irresponsabilidad política" y los "enormes daños" causados al país la semana pasada y el líder de la confederación de comerciantes, Joao Vieira Lopes, pidió un cambio de rumbo que evite más recortes presupuestarios.

En las consultas del jefe del Estado hoy es el turno de las centrales sindicales que, como los partidos de izquierda exigen elecciones anticipadas y el fin de la austeridad tras haber organizado cuatro huelgas generales contra Passos Coelho.

La crisis lusa estalló con la renuncia, como ministro de Exteriores, de Paulo Portas, opuesto al nombramiento de una nueva titular de Finanzas.

El líder del CDS-PP, que da mayoría absoluta al Ejecutivo, aceptó el viernes regresar a la coalición ascendido a viceprimer ministro y coordinador de las políticas económicas y del rescate.