La futura composición del Tribunal Supremo de EEUU, que hace cuatro años decidió las elecciones presidenciales a favor de George Bush, saltó ayer al centro de la reñida campaña electoral con la noticia de la hospitalización de su presidente, el juez William Rehnquist. A sus 80 años, el magistrado encabeza la mayoría conservadora del tribunal. Sin embargo, el cáncer de tiroides que padece lo convierte en uno de los candidatos a ser reemplazado por el próximo inquilino de la Casa Blanca, algo que podría alterar el equilibrio ideológico del Supremo.

La vida privada de los nueve magistrados más importantes de EEUU suele tratarse con especial confidencialidad. Por eso causó tanta sorpresa la noticia de la hospitalización de Rehnquist, que el viernes ingresó en el Hospital Naval de Bethesda (Maryland) y se sometió, el sábado, a una traqueotomía. Aunque su portavoz, Kathleen Arberg, explicó que el juez esperaba poder reintegrarse a su trabajo el 1 de noviembre, el debate sobre la conformación del Supremo --desplazado por el terrorismo y la guerra de Irak-- ha adquirido relevancia en la campaña.

En las pasadas elecciones, el recuento de votos en Florida, fue suspendido por la mayoría conservadora del Supremo, que se impuso por cinco votos a cuatro, dando así la victoria a Bush.