Italia se está mostrando cada vez más euroescéptica, un sentimiento nacido de lo que muchos consideran la falta de solidaridad europea durante las recientes crisis migratorias, y ahora, de forma incluso más acusada, por la pandemia de coronavirus. Según varias encuestas realizadas en abril y publicadas en la web del Gobierno, el 71% de los italianos cree que el covid-19 está destruyendo la UE y el 55% estaría de acuerdo en abandonar la Unión y el euro. Impresionantes cifras en un país históricamente muy eurófilo.

Roma reprochó a ciertos socios, en particular a Alemania y los Países Bajos, la «ceguera y el egoísmo» por haber rechazado una mutualización de la deuda con la emisión de coronabonos o eurobonos. La economía italiana sufre enormemente por esta crisis del coronavirus y, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), se espera que su Producto Interior Bruto (PIB) caiga un 9,1% este año.

La oposición alemana y holandesa a los coronabonos para luchar contra las consecuencias de la pandemia ha llevado agua al molino de los partidos euroescépticos y más nacionalistas de la derecha italiana. «El Gobierno italiano no tiene una idea clara de su poder de negociación porque somos nosotros quienes decidimos si Europa existe. Todos entienden que existe una Europa sin Gran Bretaña y sin Italia. Solo queda una gran Alemania que aplasta incluso a Francia», declaró Giorgia Meloni, jefa de Hermanos de Italia, un partido de extrema derecha que cuenta con una intención de voto del 13,5%.

La misma historia con Matteo Salvini, el jefe de la Liga, también de extrema derecha, que dejó el Gobierno en agosto del 2019, pero cuyo partido sigue siendo el primero en Italia con alrededor del 28,5% de las intenciones de voto: acusa al primer ministro Giuseppe Conte de querer vender Italia «con descuento».