En un ambiente tenso y crispado, incluso entre temores de fraude, los salvadoreños esperaban anoche (madrugada de hoy en España) los primeros resultados oficiales de las elecciones presidenciales más reñidas desde que finalizó la guerra civil, en 1992. Para saber si van a seguir bajo el Gobierno de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) con el exjefe policial Rodrigo Avila como gobernante, o si, como señalaban las encuestas, el periodista Mauricio Funes se convertirá en presidente de El Salvador representando al antaño guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación nacional (FMLN).

Pese a las nubes y lloviznas con que amaneció la jornada, muchos salvadoreños acudieron temprano a los 9.500 centros de votación distribuidos por el pequeño país centroamericano bajo la custodia de más de 18.000 policías y 2.000 soldados.

Ayer, eran 4,2 millones los llamados a las urnas.