La catedral de Rouen se convirtió este domingo 31 de julio en un símbolo de solidaridad y fraternidad entre religiones. Cinco días después del brutal asesinato del padre Jacques Hamel, en nombre del autodenominado Estado Islámico (EI), cerca de 2.000 fieles acudieron a la misa celebrada en su memoria en la ciudad normanda. Entre ellos, un centenar de musulmanes que han respondido a la llamada del Consejo Francés de Culto Musulmán (CFCM) para mostrar su “solidaridad y su compasión”.

El asesinato de este párroco de 85 años, degollado en el altar de su propia iglesia, ha conseguido reunir a cristianos y musulmanes que condenan “las muertes y la violencia en nombre de Dios”, señalaba al inicio de la misa el arzobispo de Rouen, Dominique Lebrun.

“Esta mañana recibimos particularmente a nuestros amigos musulmanes, nuestros hermanos que han venido hasta nuestra catedral como pacificadores”, prosiguió el arzobispo. Así, entre la emoción contenida y la memoria de Hamel, aparecía un mensaje central: "La esperanza está en marcha”.

ACTO SIMBÓLICO

Una ceremonia simbólica para ambas instituciones religiosas en un contexto en el que la islamofobia no deja de aumentar y donde las iglesias se han convertido en uno de los principales objetivos del EI. “Me alegro de que los imanes y los fieles hayan respondido a la llamada del CFCM. La sangre derramada será el cemento que una nuestras dos comunidades”, afirmaba este domingo el presidente del consejo regional de culto musulmán Haute-Normandie y representante de la mezquita de Saint-Etienne-du-Rouvray, Mohamed Karabila.

“Nuestro mundo se descubre solidario de una punta a otra del planeta. Las injusticias entre los pueblos son insoportables. Ante la horrible e injusta muerte de un simple párroco, los mensajes de compasión llegan de todos los lugares”, remarcaba el arzobispo de Rouen.

ESCEPTICISMO

Un mensaje que ha sido recibido con cierto escepticismo entre algunos feligreses. “Sin duda, está bien que [los musulmanes] hayan venido hasta aquí esta mañana, pero dentro de un par de días, cada uno se irá por su lado”, declaraba una de las asistentes a la ceremonia, de 65 años, ante los medios franceses.

Sin embargo, el asesinato del párroco en la localidad normanda deSaint-Etienne-du-Rouvray se dibuja como una oportunidad para superar, unidos, los traumas de los actos terroristas cometidos en nombre del EI. Este domingo, decenas de musulmanes acudían a la catedral normanda sin olvidar que, el pasado viernes, un grupo de cristianos acudieron a la oración celebrada en la mezquita de la localidad en memoria del padre Jacques Hamel.

CONTACTO POR TELEGRAM

Mientras la jornada de recuerdo y vigilia continúa, la investigación en torno a este último atentado que ha sacudido a Francia no deja de avanzar. El primo de Abdel Malik Petitjean, uno de los dos “soldados” del EI, ha sido presentado ante la justicia este domingo para ser procesado ante un juez antiterrorista. El joven, de 30 años, podría ser juzgado por su “participación en una asociación de malhechores en relación con una organización terrorista” y por “asesinato en banda organizada, cometido por la pertenencia de la víctima a una religión”.

Según las ultimas informaciones reveladas por el diario 'Le Parisien',Adel Kermiche y Abdel Malik Petitjean, los dos responsables de la muerte del párroco, se conocieron tan solo cuatro días antes de cometer el atentado. Separados por más de 700 kilómetros, ambos entraron en contacto gracias a la aplicación Telegram, un servicio de comunicación que permite enviar mensajes cifrados.