Primero fue un rumor. Luego, una certeza. La presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner recibió en la noche del sábado la recomendación de sus médicos y de la Fundación Favaloro, experta en estudios cardiovasculares y neurológicos, de permanecer "un mes en reposo", después que se le detectara una "colección subdural crónica". Se trata de un hematoma craneal que puede desaparecer solo o con una intervención quirúrgica. El hallazgo tuvo lugar después de haber estado internada ocho horas en medio de especulaciones que pusieron en alerta al arco político de este país.

La versión oficial

A las diez de la noche del sábado, el portavoz presidencial, Alfredo Scoccimarro, dio la versión oficial de los hechos. El funcionario reveló que la jefa de Estado sufrió un traumatismo de cráneo el 12 de agosto, un día después de las primarias abiertas en las que el kirchnerismo tuvo un serio traspié político. De acuerdo con Scoccimarro, los médicos le realizaron entonces una tomografía de cerebro con resultado "normal". En los días siguientes, la presidenta no había presentado síntomas.

Pero ayer, Fernández de Kirchner concurrió sorpresivamente a las instalaciones de la Fundación Favaloro para efectuarse nuevos estudios al haberse presentado un cuadro de cefalea y arritmia. Los médicos detectaron el hematoma craneal y sugirieron el mes de descanso. No se explicó aún si la presidenta se mantendrá en funciones o será reemplazada por el vicepresidente Amado Boudou.

El 4 de enero de 2012, cuando no se había cumplido ni siquiera el primer mes de su segundo mandato, la mandataria tuvo que someterse a una operación mediante la que le extirparon un tumor en la glándula tiroides. Entonces, CFK se tomó veinte días de licencia médica.

Según la prensa argentina, la presidenta padece cuadros de hipertensión. El 9 de abril pasado, presentó un "cuadro de disfonía" y suspendió sus actos públicos durante algunos días.

'Enfermos del poder'

El periodista y médico clínico, Nelson Castro, autor del libro 'Enfermos del poder. La salud de los presidentes y sus consecuencias', quien venía alertando sobre el estado emocional de Fernández de Kirchner, a raíz de su pérdida de popularidad en los sectores medios, dijo que el parte médico es “una mala noticia para el Gobierno”.

Desde la recuperación de la democracia, en octubre de 1983, la mayoría de los presidentes atravesaron problemas de salud. Carlos Saúl Menem debió ser operado en 1993 por una obstrucción la arteria carótida, cuya función es irrigar sangre del corazón al cerebro. Su sucesor, Fernando De la Rúa, debió ser intervenido de urgencia por una afección en esa misma arteria el 8 de junio de 2001. En 2004, Néstor Kirchner también se vio obligado a pasar por el quirófano por una gastro-duodenitis hemorrágica. En 2010, estando ya fuera del Poder Ejecutivo, su salud se agravó. Fue sometido a una angioplastía y se le colocó un stent. Los médicos le habían recomendado reposo debido al estrés, pero desestimó las advertencias. Falleció el 27 de octubre como consecuencia de un paro cardiorrespiratorio.

Su esposa, Cristina Kirchner, enfrenta ahora una imprevista situación de salud a tres semanas de los parlamentarios. Las encuestas no parecen favorecerla en la provincia de Buenos Aires, el principal distrito electoral del país.