La expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner calificó hoy de “disparate” que la acusen de haber recibido durante su mandato sobornos millonarios relacionados con la obra pública y aseguró que es víctima de una “maniobra persecutoria” que tiene la misma matriz aplicada en Brasil con Luis Inacio Lula da Silva. La exmandataria presentó un escrito ante el juez Claudio Bonadio, quien la investiga en una causa por presunta asociación ilícita por la cual ya han sido detenidos varios poderosos empresarios. Otros salieron en libertad o ni siquiera durmieron un día detrás de las rejas al “confesar” en calidad de “arrepentidos” haber contribuido con dinero a las campañas electorales del kirchnerismo. Entre estos últimos se encuentra Ángelo Calcaterra, el primo hermano del actual presidente, Mauricio Macri.

“Parece ser que, además de desempeñarme como jefa del poder ejecutivo por el voto popular durante ocho años, habría tenido el tiempo suficiente para liderar todos los emprendimientos criminales de los que ahora se me acusa”, se burló Fernández de Kirchner en el texto que presentó ante el magistrado, a quien recusó junto con el fiscal, Carlos Stornelli, por considerarlos deliberadamente hostiles.

Pruebas sospechosas

El escándalo se inició con la divulgación de las fotocopias de ocho cuadernos supuestamente escritos por el chófer de un viceministro de Kirchner en el que se detallan todas las operaciones. Los cuadernos escolares pertenecen a un exsargento del Ejército, Óscar Centeno, quien aseguró haberlos quemado después de haber sido escaneados por un periodista del diario 'La Nación', a quien le llegaron de manos de un excomisario abiertamente defensor de la última dictadura y la represión. Centeno ni siquiera fue sometido a una pericia caligráfica: se dieron esas pruebas como verdad irrefutable.

Según Cristina Fernández, desde que el macrismo llegó al poder ha sido “sometida a una múltiple persecución judicial, solo comparable a aquella que se llevó a cabo en tiempos en que se encontraba suspendida la vigencia de la Constitución Nacional”. Lo que se busca con esas acciones, añadió, es que tengan “efectos” sobre la opinión pública. Para la exmandataria, la “prensa hegemónica” y parte de los magistrados son parte de una misma estrategia que busca sacarla de la carrera electoral en el 2019.

Escrutar las cuentas públicas

Fernández de Kirchner reclamó a su vez “una auditoría de toda la obra pública realizada entre el 2003 y 2015” y recordó que la “patria contratista”, como se conocen a las grandes empresas que hacen negocios con el Estado, tuvo como un pivote principal a SOCMA, el poderoso grupo fundado por Franco Macri, padre del presidente y tío de Calcaterra. Por último, Cristina recordó la estrecha relación que el presidente tiene con Nicolás “Nicky” Caputo, un actor principal de la obra pública que ha quedado a salvo de las investigaciones. La exjefa de Estado llegó a los tribunales acompañada de dos dirigentes sociales que son considerados como muy cercanos al papa Francisco.