El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) anunció ayer el cierre de sus oficinas en la capital iraquí, Bagdad, y en la ciudad de Basora, en el sur del país, por razones de seguridad. Florian Westphal, portavoz de la organización en Ginebra, calificó la situación actual como de "extremadamente peligrosa y volátil".

El CICR ya decidió hace 10 días una importante reducción de sus empleados extranjeros en Irak, después del atentado suicida del pasado 27 de octubre contra la sede de la organización en Bagdad, que costó la vida a 12 personas. La Cruz Roja cuenta con otra oficina en Mosul, en el norte del país, que por el momento continuará abierta.

A pesar de que se cierre el cuartel general, algunos funcionarios extranjeros de la organización permanecerán en Bagdad manteniendo algunas de las actividades que se llevan a cabo. Por su parte, la rama italiana de la Cruz Roja señaló en Roma que mantendrá su presencia en Irak.

NUEVA ACCION EN FALUYA

En este clima de inseguridad, los ataques de la resistencia contra las fuerzas de ocupación no cesan. Dos soldados de Estados Unidos perdieron ayer la vida al estallar una carga explosiva cuando circulaban por la carretera al oeste de Faluya, ciudad que encabeza el récord de la frecuencia de ataques perpetrados contra los militares estadounidenses.

Durante la madrugada del sábado, aviones de combate F-16 de EEUU bombardearon los alrededores de la ciudad de Tikrit, en las cercanías del lugar donde el viernes seis soldados murieron por el derribo de un helicóptero Black Hawk del Ejército estadounidense. Tras el bombardeo, las tropas de EEUU efectuaron un peinado de la zona con helicópteros de combate y tanques Abrams y destruyeron algunas casas abandonadas.

En otra operación llevada a cabo en Bagdad, 12 personas fueron detenidas como presuntos sospechosos del ataque contra el Hotel Rashid, perpetrado el 26 de octubre, cuando se alojaba allí el subsecretario de Defensa de EEUU, Paul Wolfowitz.

La ministra de Asuntos Exteriores española, Ana Palacio, llegó ayer a la localidad iraquí de Diwaniya para pernoctar en el cuartel general de la Brigada Plus Ultra, antes de desplazarse hoy a Bagdad donde se entrevistará con el administrador de Estados Unidos, Paul Bremer, y con el titular de Asuntos Exteriores del Consejo de Gobierno interino iraquí, Husiar Zubeidi.

Palacio expresó su agradecimiento a las tropas españolas y aseguró que "estarán en Irak tanto tiempo como sea necesario" aunque añadió: "Esperemos que no sea un tiempo muy largo".

Por su parte, y desde Beirut, el viceministro polaco de Defensa, Janusz Zemke, envió un mensaje muy claro a España. Si quiere asumir el mando de la división multinacional en la que se encuadra la Brigada Plus Ultra, "deberá aumentar el número de sus soldados", dijo.