Cuatro insurgentes operados en Bagdad y cuatro niños enfermos de leucemia trasladados a Italia, todo ello a escondidas de los militares de EEUU en Irak. Es el precio que pagó la Cruz Roja italiana por la liberación de las cooperantes Simona Torretta y Simona Pari, secuestradas en septiembre del 2004 y liberadas al cabo de 21 días, según reveló ayer Maurizio Scelli, excomisario extraordinario de la Cruz Roja italiana. Gobierno y oposición progresista han criticado el caso, mientras que la fiscalía de Roma anunció que revisará las actas del secuestro para decidir si abre una investigación. R. D.