La orden de cuarentena a los viajeros llegados al Reino Unido desde el extranjero entró en vigor oficialmente ayer de manera «caótica» y sin la preparación suficiente para el personal de aduanas, según la denuncia de los sindicatos. «Los empleados están muy enfadados por una situación que parece muy caótica y no quieren que les echen la culpa a ellos», declaró a la BBC Lucy Moreton, del sindicato de Servicios de Inmigración.

Las principales compañías áreas se han unido para lanzar una acción legal contra la nueva normativa, que consideran discriminatoria, irracional y desproporcionada. La cuarentena hunde la llegada de visitantes y turistas extranjeros al Reino Unido este verano.

«Lo que no tiene sentido es que todos esos países (de los que vienen) tienen un nivel de covid más bajo que el Reino Unido», señala Michael O’Leary, de la aerolínea Ryanair. «Millones de empleos se van perder en el turismo británico. Decenas de miles de italianos, españoles y franceses que vienen a Gran Bretaña cada año en julio y agosto, simplemente no van a viajar» por la «estupidez» de una cuarentena que es «postureo» político, añade.

En Heathrow, a los pasajeros de un vuelo de la compañía British Airways procedente de Washington les bastó con haber rellenado un cuestionario online. La información, según contaron algunos de ellos, apenas se verificó a su llegada. Tampoco hubo control físico alguno. «Ni siquiera nos han tomado la temperatura, ni en Washington antes de embarcar ni en Londres cuando llegamos», declaró una pasajera.

De acuerdo con la normativa, los viajeros internacionales, incluidos los británicos, deben guardar un aislamiento obligatorio de 14 días, en un domicilio previamente indicado, a fin de evitar nuevos contagios importados. La multa por saltarse el aislamiento es de 1.000 libras (unos 1.100 euros). Un equipo de agentes realizará visitas domiciliarias al azar .