Tres personas han muerto este sábado a manos de un hombre armado, que también ha fallecido, tras varias horas de asedio policial en la localidad de Aurora, en el estado de Colorado, según informó una televisión local.

Tras unas seis horas de asedio con unos 40 agentes de policía y fuerzas especiales las autoridades informaron al canal local de la NBC en Denver (Colorado) que han encontrado cuatro cadáveres en la vivienda que tenían acordonada, uno de ellos el del supuesto tirador.

Cerca de 40 miembros de la Policía y fuerzas especiales mantuvieron el cerco sobre un hombre que se había atrincherado en su casa, ha efectuado varios disparos y tenía a dos o tres rehenes.

Un equipo de las fuerzas especiales SWAT vigiló al hombre, al que se considera "peligroso y armado", al tiempo que se evacuaron varias viviendas cercanas a la del hombre, que se mantuvo atrincherado desde las 3.00 de la madrugada hora local (11.00 hora española) y se trata de conocer si hay heridos.

La sargento Cassidee Carlson, portavoz de la Policía de Aurora, explicó a la televisión local ABC de Denver que, de acuerdo con la primera versión que se tiene de los hechos, una persona realizó disparos dentro de una vivienda, por lo que la Policía comenzó a rodear la zona.

El diario 'New York Daily News' destaca, por su parte, que según la propia Carlson, se había podido establecer un breve contacto telefónico con el hombre. Además, subraya que las autoridades consideraban antes del tiroteo mortal que el resto de las personas que se hallaban en el inmueble estaban retenidas contra su voluntad, ya que no lo abandonaron cuando los agentes le conminaron a ello.

Aurora es la misma localidad cercana a Denver donde el pasado julio un joven mató a 12 personas e hirió a 58 más en una sala de cine, y que posteriormente tuvo a la Policía en vilo al colocar trampas explosivas en su casa.

Los sucesos ocurren apenas tres semanas después de que Adam Lanza, un joven de 20 años, se suicidara tras asesinar a tiros a 20 niños y seis adultos en una escuela de primaria de Newtown (Connecticut), además de a su madre, en un suceso que ha reavivado el debate sobre el fácil acceso a las armas en Estados Unidos.