La violencia no da respiro en Irak y ayer tampoco dio tiempo a EEUU a celebrar el fin de más de cuatro meses de bloqueo institucional y político. Cuatro soldados estadounidenses perdieron la vida por la explosión de una bomba al paso del vehículo en el que atravesaban un barrio de Bagdad. Con ellos, ya son 2.385 los militares estadounidenses que han perdido la vida en el conflicto.

Además, al menos 10 iraquís murieron y 12 resultaron heridos en ataques fuera de la capital. Entre las víctimas figuran una mujer y su hijo de cinco años, tiroteados en una casa de Baquba.