La reunión en México de los partidos americanos de derecha para unificar posiciones frente a la "propuesta comunista que invade Latinoamérica", provocó ayer las iras del régimen cubano. La Habana definió el encuentro como "un ejercicio de primer grado de consanguinidad con el siniestro plan Bush para la recolonización de Cuba". Y denunció que "la presencia en México de elementos mercenarios basificados en Miami para asistir al cónclave de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) no ofrece lugar a dudas acerca de las verdaderas intenciones que les animan".

El presidente de la ODCA y del Partido Acción Nacional mexicano, Manuel Espino, negó las acusaciones y pidió respeto. Marcelino Miyares, líder de los democristianos cubanos, en el exilio, consideró las palabras de La Habana "un ataque personal".