"Pronto les daremos a los mineros el orden de salida a la superficie", manifestó ayer el ministro de Salud chileno, Jorge Mañalich. "Todo estará preparado para las cero horas del miércoles" (5 de la madrugada en España), precisó el ministro de Minería, Laurence Golborne.

En Chile, en el desierto de Atacama, donde desde el pasado 5 de agosto 33 mineros sobreviven atrapados a 700 metros bajo tierra, la cuenta atrás dejó ayer de ser una consigna cuando se completó el trabajo de "encamisado" (revestimiento con acero) del túnel por donde volverán a la superficie. Solo se cubrieron 56 metros, la mitad de lo contemplado en los planes iniciales. De inmediato se instaló la plataforma de izamiento que sujetará la jaula que permitirá ascender a los 33. Las certezas de éxito se reforzaron después de que se hiciera un simulacro con una cápsula no diseñada para el hombre, y que llegó a 610 metros de profundidad sin sufrir ningún problema.

FIESTA ANTICIPADA En el aire seco del desierto chileno se palpan sensaciones encontradas, una enorme expectativa y, también, un júbilo de fiesta anticipada. Todos se preparan para el "gran momento": los mineros, las madres, las esposas, los encargados de la etapa final del rescate, las autoridades y los medios de comunicación, que han convertido el territorio yermo donde se ubica el campamento La Esperanza en un laberinto babélico.

El campamento despertó ayer con música a todo volumen. Héroes del Bicentenario/ héroes de San José/ ejemplos de lucha, esperanza y de fe. La cumbia fue compuesta para estas circunstancias que mezclan la solidaridad y la emoción, pero también el espectáculo y el cálculo político.

Los trabajadores atrapados en la mina realizaron un sorteo para resolver el orden de subida. Sin embargo, los responsables del Operativo San Lorenzo desecharon ese mecanismo de selección. La lista se ha confeccionado tomando en cuenta quienes se encuentran en mejores condiciones de controlar la ansiedad. Los otros factores son de carácter físico y técnico.

EL ULTIMO, EL LIDER El ministro Mañalich confirmó que ya han sido seleccionados los primeros cuatro hombres que verán la luz, pero no ofreció sus nombres, que ahora son objeto de especulaciones, como si se tratara de la elección de un Papa. Lo que sí se ha confirmado es que Luis Urzúa, el líder del grupo, será el último en abandonar el socavón. "Como un capitán del barco, se quedará hasta el final", dijeron fuentes del operativo.

La operación se iniciará con el descenso por la cápsula de dos expertos en minería y dos enfermeros, "cuatro heroicos compatriotas" que permanecerán en la mina hasta que concluya todo el proceso de rescate. Se espera que la cápsula se desplace a un metro por segundo.

ENTRENAMIENTO DE COMANDO Mañalich reveló también que los 33 ingerirán medicamentos para poder controlar su sistema nervioso. El protocolo de salida ha incluido un entrenamiento de comando: caminatas, gimnasia, saltos con cuerdas y una dieta preparada por expertos de la NASA con la cual consiguieron reducir seis kilos.

Se ha tratado de no dejar ningún margen a la improvisación. El jefe del equipo de rescate, André Sougarret, sabe no obstante que el azar puede entrar en escena y hay que estar preparado para afrontar los imprevistos. "Existe siempre un riesgo a la hora de transportar personas en un sistema de transporte vertical. El riesgo tiene que ver con el transporte de personas, con la caída de rocas y que alguna de las cápsulas se atasque. Pero tenemos mecanismos para desatorarlas", añadió Sougarret.

El viaje de regreso presupone otras contingencias. "Se les pueden tapar los oídos, tener una caída en la presión arterial, para lo cual van a estar preparados con sobrehidratación", explicó el jefe del equipo de rescate. Los 33 de Atacama utilizarán trajes con dos capas protectoras para reducir la humedad, mantener el calor corporal y otorgar movilidad. Usarán vendas elásticas en las extremidades inferiores, una faja abdominal para privilegiar el flujo sanguíneo hacia el corazón, los pulmones, el cerebro y prevenir, de esta manera, que una caída en la presión los desmaye. Además, la ropa interior ha sido confeccionada con fibra de cobre, por sus propiedades bactericidas.

La cápsula que los alojará mide 54 centímetros de diámetro. El cilindro recibirá un flujo constante de oxígeno. Un arnés sujetará a los mineros e incluso les permitirá volver a descender en caso de accidente. Los hombres que han resistido 67 días bajo tierra llevarán un casco que incluye un sistema de comunicación. El dispositivo permitirá enviar a los mineros instrucciones, tranquilizarlos. Los encargados del rescate podrán a su vez escuchar el ruido ambiente del tú- nel para prevenirlos de algún desprendimiento. Un cinturón utilizado para medir el rendimiento de los atletas con un sistema inalámbrico posibilitará verificar cualquier cambio brusco en los signos vitales como el pulso, respiración, temperatura y ritmo cardíaco.

FILTRO PARA LOS OJOS Cada minero tardaría unos 15 minutos en salir. Unos lo harán de noche, otros de día, para no interrumpir el proceso que debería finalizar el viernes. Para reducir el impacto de la luz en los ojos, utilizarán unas lentes con un filtro especial.

Al mediodía, el campamento La Esperanza se transfigura. La niebla cede ante la fuerza del sol. El payaso Rolly entretiene a los hijos de las familias con canciones de Gaby, Fofó y Miliki que hablan de un tiempo muy remoto. De repente, en el rostro del bufón se dibuja una mueca de reverencia. Se pone ceremonioso para informar que la perforadora T-130 que atravesó casi 700 metros de roca abandona el lugar. Decenas de personas siguen en procesión a la máquina estadounidense, a la que apodaron "la milagrosa". La música inunda el campamento a ritmo de cumbia patriótica: Ejemplos de lucha, esperanza y de fe/ Que levantan a Chile otra vez/sus grandes riquezas mineras/ Son 33.