La reconstrucción de Irak se convirtió ayer en una subasta con la inauguración de la Conferencia de Donantes de Madrid. El encuentro, al que asisten representantes de 77 gobiernos y 225 empresas, concluye hoy en medio de grandes dificultades para recaudar los 35.600 millones de dólares (30.260 millones de euros, más de 5 billones de pesetas) calculados por la ONU y el Banco Mundial como necesarios para la reconstrucción del país árabe.

Las donaciones en el sentido literal del término pueden quedar muy por debajo de las expectativas de un encuentro que se denomina, precisamente, de donantes. Además, gran parte de las contribuciones quedarán previsiblemente al margen del fondo multinacional y tendrán el carácter de ayudas unilaterales, que permitan a cada país atar contratos para sus empresas nacionales.

"FLEXIBILIDAD"

Adelantándose a los resultados, el comisionado español para Irak, Fernando Díez Moreno, destacó la "flexibilidad" que tendrán los países para decidir cómo canalizan su ayuda. Alegó que el principal mérito de esta cumbre es que incorpora a la comunidad internacional en la reconstrucción.

Consciente de que la reconstrucción de Irak es vista como un negocio por países y empresarios, el Gobierno iraquí garantizó ayer un "mejor trato" a quienes ayuden al país con más celeridad. "No nos queremos comparar con Afganistán. Queremos la ayuda ahora", avisó el portavoz iraquí, Mouafak al Rubaie, en referencia a que la mayor parte del dinero anunciada en la conferencia de donantes para Afganistán del 2002 no ha sido entregado.

Ni el comisionado español ni las autoridades iraquís quisieron aventurar la cifra de recaudación, que se conocerá hoy. Sin embargo, las aportaciones anunciadas ayer por distintas delegaciones superaban los 7.000 millones de dólares, al margen de los 20.000 millones que entregará EEUU. El Banco Mundial y la ONU calculan las necesidades para el 2004 en torno a los 9.300 millones de dólares, con lo que la recaudación quedaría lejos de garantizar la reconstrucción a largo plazo.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, que inauguró la conferencia junto a la ministra española de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, afirmó justamente que la reconstrucción de Irak requerirá el compromiso internacional "por muchos años".

UN MUNDO DE SUFRIMIENTO

Annan instó a los gobiernos a ser "generosos" en sus donaciones y les pidió que no desvíen a la reconstrucción iraquí recursos enmarcados en emergencias en otras partes del mundo. "Hay un mundo de sufrimiento allí fuera, crisis arraigadas en conflictos o en la expansión del sida", avisó.

Annan se mostró partidario de que el traspaso de poder a la población civil iraquí se realice lo más pronto posible, pero afirmó que "el comienzo de la reconstrucción no puede ser reemplazado hasta ese día". Palacio deseó a Irak que "recupere el paso de las naciones libres y modernas".

LA INSEGURIDAD

El problema de la inseguridad planeó en el encuentro de los empresarios con los miembros del Gobierno iraquí. El presidente del comité de seguridad del Gobierno, Samir Sumaidan, afirmó que su país "acaba de salir de un periodo traumático" y ha puesto en marcha mecanismos de derechos humanos, seguridad y justicia para buscar la normalización.

Adnan Pachachi, miembro del Gobierno iraquí, confió en que los países reticentes a aportar fondos --con Francia, Alemania y Rusia a la cabeza-- modifiquen su actitud a medida que "evolucionen los acontecimientos". Francia, dijo Pachachi, es un país que mantiene "buenas relaciones" con el mundo árabe y las ha mantenido "siempre" con Irak. "Seremos pacientes, no hemos renunciado a la ayuda francesa", dijo.

Otra de las incógnitas que se despejarán hoy es la cuantía de las contribuciones de los países árabes, que no apoyaron la intervención militar contra Irak. La nueva Administración de Bagdad confió en que realicen aportaciones "bastante importantes" y solicitó de manera especial la "generosidad de Arabia Saudí" y el perdón de la deuda por parte de su vecino, Kuwait.