El dalái lama aseguró ayer que está dispuesto a mantener conversaciones con las autoridades chinas para poner fin a la ola de violencia que vive el Tíbet, según su portavoz, Chhime Chhoekyapa. "La comunidad internacional debe actuar para pedir a China que dialogue y cese así la violencia en el Tíbet. No se trata de una intervención, sino de usar la persuasión", explicó. El dalái lama ha negado en todo momento haber proporcionado ningún tipo de apoyo a la revuelta tibetana --de lo que el acusa el gobierno de Pekín-- y ha amenazado con abandonar su puesto al frente del budismo si sus compatriotas siguen recurriendo a la violencia.