El líder espiritual de los tibetanos elevó la voz ayer desde su exilio en Dharamsala (India) para afirmar que ya nada será igual en el conflicto del Tíbet tras los acontecimientos de las últimas semanas. Para el dalái lama, la situación en el Tíbet "ya no podrá ser ignorada por el mundo", como consecuencia de la reciente ola de protestas contra la ocupación china y su amplia repercusión internacional, vinculada a los Juegos Olímpicos en Pekín.

En un comunicado difundido después de dirigir las plegarias del Día Mundial de la Oración en esta ciudad india, donde reside desde 1959 al frente del Gobierno tibetano en el exilio, el dalái lama sostuvo que las manifestaciones "han hecho volar en pedazos la propaganda de China, según la cual la mayoría de los tibetanos lleva una vida próspera".

TEMOR A MAS REPRESION El líder budista dijo temer que los tibetanos sufran una mayor represión, pero les exhortó a ceñirse a protestas y prácticas "no violentas". Asimismo, reiteró que las acusaciones de Pekín --que le considera el instigador de las manifestaciones y le atribuye la intención de "sabotear" los Juegos Olímpicos-- son "completamente falsas", retó a las autoridades chinas a que "si tienen alguna prueba, la muestren al mundo" e insistió en su petición de una investigación internacional. También llamó a Pekín al cese de la represión y a la retirada de sus tropas del Tíbet. "Si ello se produjera, yo aconsejaría a los tibetanos que pusieran fin a las manifestaciones", añadió.