El Gobierno de Damasco condenó "enérgicamente" el asesinato del dirigente militar del grupo chií libanés Hasan Hulo al Laqis y acusó a Israel de este crimen "odioso y repugnante", en un comunicado publicado hoy en medios oficiales sirios.

La nota subraya que dicha acción "terrorista" tuvo en realidad como blanco "el frente opositor y de resistencia al proyecto sionista".

Hizbulá, uno de los principales aliados en la región del régimen de Bachar al Asad, anunció ayer la muerte de Laqis, responsable de la Resistencia Islámica, brazo armado de la organización.

El cabecilla chií fue asesinado anteanoche cerca de su casa en el barrio de Hadaz, un barrio cristiano-chií ubicado en el sur de Beirut, feudo de Hizbulá.

El grupo acusó a Israel de estar detrás del asesinato, aunque dos organizaciones suníes reivindicaron su autoría, la Brigada de los Suníes Libres en Baalbeck y la Brigada de los Partidarios de la Nación Islámica.

Laqis era cercano al máximo líder de Hizbulá, jeque Hasan Nasralá, y desempeñó un papel importante en las operaciones y guerras entre Israel y el Líbano, así como en Siria.