El bloque derechista del primer ministro danés, el liberal Anders Fogh Rasmussen, se impuso en las elecciones legislativas anticipadas de ayer con un 48,7% de los votos y 87 escaños, según los primeros sondeos a pie de urna. Con este resultado, Rasmussen y sus aliados --los conservadores y el ultraderechista Partido Popular-- obtienen su tercer triunfo consecutivo, pero pierden 7 diputados y no alcanzan esta vez la mayoría absoluta, situada en los 89 escaños. Así, el primer ministro, en el poder desde el 2001, necesitará el apoyo de los centristas de la Nueva Alianza (3,1% y 5 diputados) para revalidar su mandato.

El sondeo concede 83 escaños al bloque de centroizquierda, encabezado por la socialdemócrata Helle Thorning-Schmidt. Su campaña en defensa del estado de bienestar le ha dado dos diputados más que en el 2005, un ascenso insuficiente para impulsar un cambio de Gobierno.

Si se confirman estos resultados, la llave de la gobernabilidad quedará en manos de la Nueva Alianza. El principal quebradero de cabeza para Rasmussen será cómo integrar en su Ejecutivo a ambas formaciones, con profundas diferencias en temas clave como la política fiscal y, sobre todo, la inmigración.