“Esto es de sectas satánicas, por favor señor obispo, exorcice a estos diablos, esos demonios”. Daniel Ortega tuvo su baño de masas y responsabilizó a su antigua aliada, la Iglesia Católica, de apoyar las movilizaciones opositoras que piden la dimisión del presidente. Durante el acto principal por el 39 aniversario de la revolución sandinista, Ortega aseguró que la oposición es la principal responsable de la ola de sangre que anega a Nicaragua.

“Bailan, brincan alrededor de un cadáver, y luego lo ponen en las redes. Nos quieren robar la paz”, dijo horas después de que la Organización de Estados Americanos (OEA) responsabilizara al Gobierno de la mayoría de los decesos y pidiera que se adelanten las elecciones para resolver la crisis que se inició en abril con una protesta contra la reforma de la seguridad social.

"Rectifiquen"

“Por la verdad murió Cristo, le pedimos a los obispos que rectifiquen y no alimenten a las sectas satánicas y golpistas”, dijo el presidente ante una multitud que, de acuerdo con sus adversarios, son en su mayoría empleados públicos conminados a asistir a la celebración. Ortega inició su segundo gobierno en el 2007 con el propósito de no repetir la experiencia de sus años de revolucionario, cuando no solo se enfrentó a Estados Unidos sino a buena parte del clero.

Decidió aliarse con los obispos, sobreactuar su catolicismo y proclamarse furibundo antiabortista. Las cosas cambiaron desde abril y ahora, de acuerdo con Ortega, la Iglesia se pasó de bando. “Un obispo llegó a decir que el Frente Sandinista no tenía gente y que era mejor que nos fuéramos. Pensaban que estábamos derrotados. Dijimos esto se acabó y restablecimos el orden. Eso lo tienen irritados, enfurecidos”. El presidente también los vinculó con la violencia. “Quiero creer que no todos sabían que muchos templos fueron ocupados para guardar bombas y salir a atacar y asesinar”.

Su esposa, vicepresidente y cobernante, Rosario Murillo, también relacionó a los estudiantes, partidos opositores y los ex aliados de la patronal con el satanismo. “Nicaragua quiere vivir en Paz; y ese es el compromiso que tiene el gobierno y el Estado nicaragüense, garantizar que la voluntad del pueblo, que es la voluntad de Dios, se cumpla”.El lenguaje celebratorio del comienzo de la revolución, en 1979, se mezcló con la fraseología preconciliar. “El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, todas las Instituciones del Estado nicaragüense, y nuestro Pueblo Heroico, Luchador, Revolucionario, Victorioso, todos, hemos trabajado para restaurar la Seguridad, la Paz y la Vida, en una sola Voz y con un solo Corazón. Y en una sola Voz y con un solo Corazón también damos Gracias a Dios Nuestro Señor, por ir avanzando en la Restitución del Derecho de las Familias nicaragüenses, a la Seguridad, a la Paz, al Trabajo y la Vida”. Las autoridades dijeron haber actuado con la “absoluta Convicción de que Dios es Justo, y ama la Paz de sus Siervos”. En Managua, el acto terminó con una música condescendiente con Ortega. “Aunque te duela, Daniel se queda”, dice la canción especialmente dirigida a los opositores.

Denuncia de la CIDH

En este contexto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dijo constatar en su último reporte un incremento de la violencia de la Policía Nacional y grupos parapoliciales para desmantelar las barricadas en distintas ciudades. De acuerdo con la CIDH, 11 personas murieron esta semana y un centenar resultaron heridas. Estas cifras elevan a 277 el número total de víctimas fatales desde el comienzo de las protestas. La Comisión reiteró que el Estado tiene la obligación “de garantizar la vida, integridad y seguridad de todas las personas que están manifestando y ejerciendo sus derechos y libertades públicas y sufriendo las consecuencias del ambiente de represión”. Insistió en ese sentido en que los grupos parapoliciales deben ser desmantelados y se debe impedir que “sigan operando grupos de terceros armados que atacan y hostiguen a la población civil, con apoyo y aquiescencia del Estado”.

LAS CRÍTICAS DE PEPE MUJICA

En su editorial del jueves, el diario La Prensa aseguró que “el mundo ve horrorizado la sistemática matanza del régimen orteguista contra un pueblo que solo pide justicia, libertad y democracia”. Ortega y Murillo han tenido también una “derrota moral” en la declaración del expresidente uruguayo y “antiguo combatiente revolucionario”, José (Pepe) Mujica, quien, en su intervención en el Senado de su país criticó con dureza al mandatario nicaraguense. “Siento que algo (la revolución sandinista) que fue un sueño se desvía, cae en autocracia y entiendo que quienes ayer fueron revolucionarios perdieron el sentido de que en la vida hay momentos en los que hay que decir me voy”, dijo Mujica.